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FILOIDEAS

~ Mis opiniones, ideas y cuentos escritos en Israel

FILOIDEAS

Archivos de etiqueta: guerra

Seguridad y Humanismo

13 miércoles Jun 2018

Posted by cindyisrael in Notas

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adaptación, aquarius, artículos, barco, campo de refugiados, cultura, dignidad, educación, embarcación, España, experiencia, familia, gente, guerra, historias, ideas, inmigrantes ilegales, Internet, Italia, mar, mundo, noticias, opinión, política, refugiados, sueños, trabajo, viaje, viajes, vida, visión

Italia rechazó que la embarcación Aquarium desembarcara en sus costas a más de 600 inmigrantes ilegales o refugiados, llámelos usted como prefiera. España, con recién estrenado gobierno de izquierda los recibió. Hasta ahí la noticia, ahora habría que analizar todos los pormenores que de ella se desprenden y que no es tan fácil como parece.

     Hoy leí un mensaje en Twitter de un usuario llamado Luisma López que decía: «Si alguien se está ahogando, se le saca del agua. Y punto. Después, si quieres, debatimos cómo conseguir que no se tire más gente al agua. Pero no mientras la persona se ahoga. Después de sacarla del agua. Esto no debería depender de ideologías. Es ética básica.» Y la verdad sea dicha, en eso le doy toda la razón. Pero, siempre hay un pero, hay que tener en cuenta que esta situación no es nueva, que Europa ya sabe que existe y que hay mucho que hacer previendo que volverá a ocurrir. Por ejemplo: rescatan a esa gente de morir ahogados, genial ¿Para qué, para que luego mueran de hambre en tierra? Es decir, el rescate está muy bien, pero debe ir acompañado de políticas adecuadas.

     Sabiendo como ya dije anteriormente que se puede prever que volverá a pasar, Europa tiene mucho trabajo por delante. No es justo que se le exija al mundo que resuelvan los problemas de otros países que no han hecho nada por resolver el propio más que matarse unos a otros. Pero tampoco es justo dejar desamparadas a las víctimas de la maldad de los gobernantes de esos países ¿Cómo se resuelve? Con políticas adecuadas en el país que los recibirá. Meter a miles de personas en un campo de refugiados es una solución primaria, pero insuficiente. No se los puede tener ahí por siempre ¿Se les dará cursos del idioma del país en el que están? ¿Se les dará el estatus de ciudadanos o de residentes atemporales? En mi criterio debería ser este último, ya que si les preguntan, muchos asegurarán que desean volver a sus tierras cuando acabe el conflicto que los ha echado de allí. También hay que tener en cuenta que muchos son profesionales, deberían poder homologar sus títulos para poder trabajar de aquello para lo que estudiaron. Sin duda hay mucho por hacer en este punto y más que no he incluido.

     Pero no es lo único a resolver ni a tener en cuenta. Por mucho que nos duela, la verdad es que entre los refugiados (y esto no es un mito) se mezclan algunos terroristas que se aprovechan de la bondad europea por esa pobre gente ¿Cómo se garantiza la seguridad de toda una nación sin desamparar a los que no son terroristas, sólo víctimas? Ese es otro punto a analizar y tener en cuenta. Y hay más cosas que quienes los rechazan argumentan y que , en parte, tienen razón. La mayoría de esos refugiados son musulmanes y es una cultura que en gran parte no está dispuesta a adaptarse al país al que llegan, pretenden que el país que los recibe se adapten a ellos. Y no es justo, mínimamente por agradecimiento deberían bajar sus niveles de exigencia. Hemos visto como en algunos países han cambiado algunas costumbres por no ofender a los musulmanes. No me parece bien. Pero el problema no es sólo de los islámicos, es principalmente de los países que les abren las puertas. Al hacerlo deberían dejarles las cosas claras: éstas son las leyes y costumbres de este país que te recibió, si las aceptás y las respetás serás bienvenido, sino, hay muchos otros países musulmanes que tienen las mismas costumbres que vos a donde podés ir.

     Ser humanitario es maravilloso, abrir el corazón y liberarlo de prejuicios es ideal. Pero el humanismo no puede ser nunca hacia un sólo lado. Si soy humanitario lo soy con todos, con los refugiados y con los ciudadanos del país al que llegan también. Recibir refugiados es tener buen corazón, hacerlo sin políticas adecuadas para que su vida y la de los lugareños sea digna, no lo es. Yo entiendo que según la ideología de cada uno, habrá quien tenga una opinión sobre el tema diferente a otras. Pero cualquiera sea tu ideología, no deberías hablar de esto a la ligera, ni juzgar a un gobierno que rechaza o recibe a cientos de personas que han sido rescatadas del mar. Porque nada es tan sencillo como parece y son muchos los factores a analizar, tener en cuenta y resolver. Pero sobre todo, un consejo: no comparemos. La situación de esta pobre gente no es comparable a la de ninguna en la historia de la humanidad por muchas razones que alargarían demasiado esta nota, pero que de algún modo, están implícitas en ella también.

     Y recordemos, todos tenemos derecho a una vida digna y a ser felices.

©Todos los derechos reservados.

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CRÓNICA DE UNA EMIGRACIÓN NO ANUNCIADA (4)

07 martes Jun 2016

Posted by cindyisrael in Vivencias

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alarma, guerra, Haifa, Israel, israelí, misiles, moniot sherut, monit sherut, refugio, seguridad, solidaridad

-CAPÍTULO 4-

UN PAÍS CONFIABLE

     En Israel, como en todo el resto del mundo, hay colectivos, taxis, trenes y hasta subte. Pero tiene un medio de transporte muy particular: la MONIT SHERUT. Es ésta una camioneta para diez personas. Hace el mismo recorrido que el de los colectivos, pero paran donde a uno se le da la gana. Son más baratas y más incómodas también. Pero son ideales cuando no se quiere esperar mucho, porque los colectivos no pasan tan seguido como en Buenos Aires. La excepción es cuando se sube en la parada de origen, ellos no arrancan hasta que todos los asientos están ocupados. La forma de pagar es también peculiar: todos se ubican en sus lugares y le dan el dinero al de adelante. El que está más cerca del chofer le entrega la plata y si hay vuelto, el sistema es el mismo pero en sentido inverso.    

     Y es que si hay algo bueno en Israel es que si bien la delincuencia no es inexistente, el porcentaje es tan bajo que la gente aún puede confiar en los demás. Todavía existe la palabra. Un empleado no puede amenazar con renunciar si no le dan lo que pide, pues si no están dispuestos a complacerlo considerarán que ha renunciado. Casi no existe el recibo y te miran raro si se los pedís. Si hay una emergencia nacional, como la guerra del 2006, el israelí abrirá la puerta de su casa a los refugiados sin importar que sean desconocidos. Conozco un caso, por ejemplo, donde incluso el dueño de la casa que recibió a una familia que no conocía, le prestó el auto al padre de dicha familia.

     Mi vida en Buenos Aires me ha dejado ciertos sustos, y aunque no pase nada, cuando un auto aminora la velocidad a mi lado y se detiene, todavía siento miedo. A pesar de tener ya ocho años y medio viviendo en el país, aún me asombra poder caminar cerca del cordón de la vereda con la cartera colgando descuidadamente del lado de la calle sin que ningún motorista intente arrancármela. Al principio los miedos eran inevitables. Cierta vez, cuando tenía poco tiempo como inmigrante y viviendo en el kibutz, volvía a mi casa de la lavandería con la ropa. Era de noche y estaba bastante oscuro. Me aterré, porque además el camino estaba muy solitario. Me costó tomar conciencia de la situación de seguridad en que me encontraba. Cuando lo hice, llegué incluso a sentirme arropada.

     Es que la mayoría de la gente tiene una idea muy equivocada acerca del tema de la inseguridad aquí. Mucho más inseguros estábamos en mi querida y extrañada Buenos Aires. Incluso en época de guerra no hay inseguridad, pues nos encontramos muy protegidos. A toda hora nos indican qué hacer y si un misil fue disparado hacia nuestra zona, se nos avisa con una alarma o altavoces para que nos refugiemos a tiempo. Nos reparten y cambian periódicamente las máscaras con los antídotos y cada tanto se hacen ensayos para que sepamos reaccionar inmediatamente. Si debemos estar de manera prolongada en los refugios, la municipalidad se encarga de repartir: agua, alimentos, remedios y frazadas. Ese es el verdadero motivo por el cual del lado israelí suele haber menos muertos y heridos que del lado de nuestros atacantes. Y es que los pocos que hubo, la mayoría de las veces, fueron por accidente o imprudencia.

     Hay algo que puedo afirmar sin miedo a quedar como una mentirosa y es que jamás en mi vida me sentí tan segura como desde que vivo en Israel.

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-Moniot sherut (plural de monit sherut) por las calles de Haifa, Israel. © Todos los derechos reservados.-

Escrito en la ciudad de Nahariya, Israel, en el año 2011.

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CRÓNICA DE UNA EMIGRACIÓN NO ANUNCIADA (2)

05 domingo Jun 2016

Posted by cindyisrael in Vivencias

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aliá, carrito, casa, conteiner, cuarto sellado, guerra, inmigrante, Israel, kibutz, madera, máscaras, mudanza, mueble, olé, sojnut

-CAPÍTULO 2-

EL DURO OFICIO DE SER OLÉ*

     Podría ser positivista y por mostrarme agradecida a todo lo que recibí de ayuda cerrar los ojos a la realidad y contar sólo lo bueno que me tocó vivir como inmigrante. Pero si yo hiciera tal cosa, además de ser una mentirosa, estaría yendo contra el objetivo de estas crónicas, que es que afuera conozcan la realidad de este país y de los inmigrantes desde otro punto de vista y de una manera muy diferente a como se las cuentan. También pretendo que sirva de ayuda a la hora de tomar su decisión a quienes se estén planteando venir. Saber cuál es la parte dura de todo esto les ayudará a reflexionar sobre si están dispuestos a pasar por esas cosas para alcanzar su meta sea esta cual fuere.

     Cuando fuimos a la Sojnut (agencia judía) a organizar nuestra emigración, nadie nos avisó que llegaríamos a una casa de un solo ambiente no mucho más grande que una habitación, para cuatro personas. Como conté en la introducción, al principio estábamos tan cansados y tan contentos por haber llegado que ni nos dimos cuenta. Además, la persona que nos recibió, nos aseguró que sólo sería por una semana. Cuando uno acaba de dejar tantas cosas atrás y está dispuesto a empezar de nuevo ¿qué puede importar soportar vivir hacinados durante siete días? Pero no era verdad. Estuvimos allí casi dos meses.

     Llegamos el 26 de febrero del 2003. Y al mes siguiente estalló la guerra contra Irak. En esa guerra nada teníamos que ver nosotros, pero el gobierno iraquí amenazó con atacar Israel si ellos eran atacados por EEUU. Eso no amedrentó a los norteamericanos. En Israel empezaron los preparativos de prevención. Repartieron las máscaras, plásticos transparentes para cubrir ventanas y todo resquicio por donde pudieran colarse los efluvios de las armas químicas. A toda hora y en varios idiomas nos explicaban el uso de las máscaras, cuando correr a los refugios y como inyectarse el antídoto que venía junto con las máscaras. En las escuelas y jardines de infantes se los enseñaban a los chicos, les hacían practicar el uso de las máscaras y hacían ensayos de correr a los refugios. En la mayoría de las casas tenían que elegir qué ambiente sellar con los plásticos. Para nosotros eso no representaba ninguna dificultad, teníamos que sellar toda la vivienda. Empecé a tener asma a partir de entonces. Durante el tiempo que estuvimos en esa casa, dormimos y vivimos con todo sellado. Como si fuera poco, en esa época estaba lloviendo en Israel lo que había llovido en 20 años. Es decir, que a pesar de estar en un kibutz*, no nos quedaba casi el recurso de estar afuera.

     Aproximadamente dos meses después de nuestra llegada, nos avisaron que tenían una casa de dos ambientes que estaba destinada a unos amigos que eran menos de familia, pero que ellos ya le habían echado el ojo a otra que se estaba por desocupar y la cual preferían esperar. Nos ofrecieron mudarnos allí provisionalmente. No tuvieron que convencernos, sin dudarlo dijimos que sí. Después del tiempo pasado en el mono ambiente, esta casa nos parecía enorme y un palacio. Los chicos dormían en el living y estaba bien equipada con los muebles que nos hacían falta. Hicimos la mudanza con un carrito eléctrico. Y es que no teníamos tanto para llevar, pues aún no había llegado nuestro conteiner. Habremos estado en esta casa unas dos semanas, cuando nos avisaron que la casa de tres ambientes destinada a nosotros ya estaba lista.

     El carrito eléctrico volvió a cumplir la función de camión de mudanzas, nos fuimos a la nueva casa entusiasmados y aliviados… hasta que pusimos el primer pie adentro… Jamás había visto una casa más vacía en toda mi vida, ningún mueble, ni armarios, ni siquiera un mísero agujero en el baño donde apoyar los cepillos de dientes. La desesperación que sentimos no la puedo describir. Mi marido se tiró deprimido en la cama y yo me fui a dar una vuelta para no estallar de la rabia que tenía. El que nos había recibido el primer día era el encargado de los inmigrantes y en las otras dos casas había venido a ver si estábamos bien y contentos, pero por esta no se apareció y no dudábamos de por qué. Cuando me fui temía que viniera y como no quería agredirlo ni verbalmente me fui. Pero no me esperaba lo que pasó, encontrármelo en mi camino. Me preguntó qué tal estábamos y la sangre me comenzó a hervir. Le dije que era una vergüenza, después del hacinamiento con el que nos habían recibido, que nos pasaran a una casa en esas condiciones. Me respondió que después de determinado tiempo ya no les correspondía darnos nada. Le contesté que a nosotros nadie nos avisó de eso y que si lo hubieran hecho podríamos habernos ocupado de buscar todo lo que podía hacernos falta. Me respondió que es igual que cuando se alquila una casa. Le dije que nosotros siempre habíamos alquilado y que en Argentina nunca me ocurrió de mudarme a una casa que no tuviera ni donde apoyar los cepillos de dientes. Me contestó que entonces nos volvamos a Argentina. A partir de ahí vi todo aún más rojo, no recuerdo que le dije, pero seguro que bonito no. Y todo, como es de esperar, en medio de llanto y grito. Y es que cuando se es un inmigrante con poco tiempo, todos los sentimientos están a flor de piel y una está mucho más sensible. Me fui a seguir caminando para no matarlo. Cuando volví a la casa, mi marido me recibió con la pregunta: ¿A qué no sabés quién estuvo aquí? No fue difícil acertar, sabía que luego de mi reacción, el encargado de los inmigrantes también terminaría reaccionando. Había ido a hablar con mi esposo y a decirle que mandaría un carpintero para tomar las medidas del baño y construir allí un pequeño armario.

     La que por unos días fue una heroína para nosotros, fue mi tía que ya se había venido a Israel en octubre del 2002. Ella nos ayudó a organizarnos, a ver todo de otra manera y hasta nos hizo un plano de lo que podríamos hacer cuando llegara el conteiner con las maderas en las que llegaban las cosas. De golpe nos sentimos menos agobiados y más tranquilos, no sé qué habríamos hecho sin ella esos días. Cuando llegaron nuestras cosas pusimos manos a la obra y además de acomodar lo que había llegado, hubo que limpiar la heladera y el lavarropas que llegaron con hongos. Mi esposo utilizó las maderas para hacer un mueble en la cocina que sirviera como mesada y bajo mesada, un armario en nuestra habitación y hasta un escritorio para la computadora (que no lo hizo con las maderas del cajón del conteiner). El día que dejamos el kibutz para mudarnos a la ciudad de Jedera, el encargado de los inmigrantes nos pidió que por favor dejáramos el armario.

     Tuvimos muchas vicisitudes en el kibutz, sería muy largo contar todo. Sólo les diré que lo que más nos afectó aparte del tema de la vivienda, y lo que nos decidió a irnos de allí, fue el tema del transporte. El kibutz estaba anclado en una montaña, a cinco kilómetros de la ruta en camino de subidas y bajadas pronunciadas y a quince kilómetros de la ciudad de Tiberias. Desde donde estábamos podíamos ver el Kineret. Contábamos para entrar y salir con un transporte público y gratuito de la municipalidad que sólo funcionaba en épocas de clases. Si había huelga de maestros (que las hubo), fiestas o vacaciones, no podíamos movernos de dónde estábamos. Sólo había un colectivo de línea en todo el día. Con él entrábamos al kibutz si estábamos en la ciudad o salíamos de él, pero no podíamos hacer ambas cosas. Eso complicó la posibilidad de conseguir trabajo, ya que en la ciudad conocían acerca de esto y nadie quería arriesgarse a contratar a alguien que no sabía si podría llegar a tiempo.

     Recomiendo la vida del kibutz para los que tienen hijos pequeños como nosotros, siempre que esté sobre la ruta o tengan auto para tener independencia de movimiento. El aire libre, la vegetación y la vista, son impagables.

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-Mueble hecho por mi marido con las maderas del conteiner. © Todos los derechos reservados.-

*Olé: inmigrante en Israel.

*Kibutz: granja comunitaria, actualmente funcionan más como barrios cerrados.

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SER FELIZ EN ISRAEL

06 viernes May 2016

Posted by cindyisrael in Vivencias

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amigos, amor, corrupción, Elohim, España, felicidad, guerra, Israel, israelíes, país, pueblo, seguridad, terrorismo, terroristas

Hay algo, que por algún extraño motivo, olvidé contar en mis bitácoras de viaje por España. Y es raro, porque en su momento me impactó como me divirtió tanto la situación. 

Una pregunta recurrente de muchos españoles que pasaron por la exposición o de gente que hemos conocido en nuestros paseos, era cómo nos sentíamos nosotros viviendo en Israel. Y lo divertido era ver la cara de sorpresa cuando les decíamos que somos felices aquí y que cada día estábamos más seguros de haber tomado la decisión correcta al venirnos a vivir acá. Y ni hablar de las caras cuando contábamos acerca de lo solidarios que son la mayoría de los israelíes y del buen corazón que tienen, aunque exteriormente den otra sensación.

Me acordé de esto al leer una nota acerca de que Israel se ubica en la posición número 11 entre 150 países respecto a en cuál país se es más feliz. Hablaba del asombro de muchos periodistas al respecto y entonces recordé los rostros asombrados que ya mencioné anteriormente.

     En la nota hablaba acerca del valor que aquí se da a la amistad y la familia. Es posible que ese sea un motivo, no lo sé. Lo que sí sé, es que a pesar de que aquí como en cualquier otro país del mundo también hay corrupción, me siento respetada. Me siento segura, siento que me cuidan y que aunque la mayoría de los israelíes estemos endeudados, la falta de dinero no es una limitación para cumplir nuestros sueños. No lo fue para nosotros.

No me veo tan seguido como quisiera con mis amigos y parientes, pero sé que estarán si los necesito, de hecho ya han estado. Supongo que la libertad que vivimos acá, también ayuda a sentirnos felices. Mis hijos van a todos lados solos, hasta tarde, y sin temor de que los asalten para robarles y terminen matándolos. Algunos me hablarán de la guerra. Al menos tenemos refugios. No hay refugio alguno cuando te apuntan con una pistola.

Por eso nos hemos desconcertado tanto con los acuchillamientos. Era algo nuevo, que no sabíamos enfrentar. Sin embargo, incluso ahí podemos ver cómo Elohim* sigue protegiendo a su pueblo. No tengo estadísticas a mano, pero si no me equivoco caen más terroristas por defensa propia que el atacado que sí termina con heridas y a quién no le es fácil retomar su vida normal luego de algo así. Pero creo que es más fácil ser feliz, cuando somos capaces de ver el cuidado de Elohim.

Seguramente no todos los que viven en Israel estarán de acuerdo conmigo en todo. Y eso es otra cosa buena, la capacidad de disentir sin que te maten por ello. No sé si todo lo que escribí anteriormente son los motivos por los cuales somos felices. Lo que sí sé, es que aunque como todo el mundo, no sea feliz en cada minuto de mi vida (todos tenemos altibajos), el balance es positivo y que no me veo viviendo en otro lugar.

Sería ideal identificar qué es lo que realmente nos hace felices, para encontrar algo así como un sistema que sirva a todo el mundo. Mientras tanto, seguiré disfrutando de mi vida aquí, con mi familia y mis amigos, aunque no los vea tan seguido como quisiera.

BAJADA DEL SOL EN CALLE IAFFO

«Pedid por la paz de Jerusalem; sean prosperados los que te aman» Salmo 122: 6

© Todos los derechos reservados.-

*Elohim: D´s en hebreo.

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BER SHEVA ES UN DESFILE

01 lunes Feb 2016

Posted by cindyisrael in Vivencias

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atuendos, árabes, beduinos, Ber Sheva, drusos, fotografía, gente, guerra, historia, Israel, judíos, mujeres, musulmanes, Pozo de Abraham, pueblo, ropa típica, terrorismo, terroristas

Hay que tener en cuenta que estuve sólo unas cuantas horas de un único día y que por ende, no conociendo además la zona, me limite a una parte acotada de la ciudad. Sabiendo esto, sabrán que me refiero en todo momento a la experiencia vivida por mí y que bajo ningún concepto es una descripción fidedigna de la vida allí.

Teniendo en cuenta que no conozco la ciudad, los consejos de una amiga que sí reside allá, que ya hubo un atentado en la misma y el motivo específico que me llevó a ella (tomar fotografías nuevas), busqué ser prudente. El día anterior traté de organizar mi viaje. Busqué en Internet qué había y qué me convenía visitar, lo consulté con la amiga antes mencionada, verifiqué que hubiera una manera sencilla de viajar (en mi caso se traduce en tren y tracción a sangre, la de mis dos piernas), revisé horarios del tren, me anoté el recorrido que debía hacer, planeé lo que debía llevar, el horario que necesitaba levantarme y me fui a acostar tranquila pensando en el día siguiente.

El viaje de ida duró tres horas y veinte minutos. Largo, pero bastante soportable teniendo en cuenta la comodidad de los trenes israelíes, al menos hasta que se empieza a llenar de gente y una se pregunta por qué no fue al baño unos minutos antes (levantarse significa perder el asiento). Tratando de contener mi vejiga, aproveché el Wi-Fi del tren que es gratis y traté de distraerme con videos de You Tube. Debo confesar que la necesidad de eliminar líquido no era lo único que me preocupaba. Mi amiga me había explicado que por la zona donde yo quería ir, había muchos musulmanes. Cualquiera que sigue mi blog sabe que estoy lejos de discriminar a nadie. Sé, me consta, que no todos los musulmanes son terroristas. El problema es, que al menos en Israel, todos los terroristas son musulmanes. Y por muy integradora que sea una, es difícil diferenciar sin conocer a alguien cuál es el bueno y cuál el malo. 

Confiando en Elohim* e ilusionada me bajé en la estación dispuesta a correr al baño de damas, en el cual había una larga cola de mujeres esperando el turno con la misma esperanza que yo. Cuando al fin salí, me encontré con que habían dos salidas. Queriendo seguir mis anotaciones, pregunté a un empleado por cuál me convenía ir. Lo recuerdo ahora y me lo imagino como el lobo de Caperucita Roja ¡¡¡NO VAYAS POR AHÍ, ES EL CAMINO MÁS LARGO. YO TE PROPONGO UNO MÁS CORTO!!! Quien asegure que los cuentos infantiles nos dejan alguna enseñanza, nunca se encontraron con un lobo. A pesar de toda mi prudencia decidí hacerle caso para ahorrar tiempo. A los pocos metros ya me estaba arrepintiendo ¿Para qué lado me dijo que estaba el primer semáforo, para la derecha o para la izquierda? Mientras dudaba me encontré con una señora que, cámara en mano, estaba tomando fotos a unas hermosas rosas. Pero era rusa, casi no hablaba hebreo y no sabía dónde quedaba el pozo de Abraham, que es a donde yo pretendía llegar. Varios fueron los preguntados, nulas las respuestas. Hasta que un taxista me dijo que caminara hacia allá y eso hice. Cuando estaba por desesperar, pregunté a alguien que le faltó poco para decirme: HAY QUE SER IDIOTA PARA TENER ENFRENTE LO QUE SE BUSCA, CON UN CARTEL GIGANTE Y PREGUNTARME A MÍ. No me lo dijo, pero seguro que lo pensó y yo queriendo que me trague la tierra. Como la tierra no me tragó, simplemente crucé la ruta (en Israel muchas avenidas son rutas).

Estaba sinceramente ilusionada con sacar fotos a algo que había leído en el Tanaj** tantas veces. Pero me duró poco. No se puede sacar fotos al pozo de Abraham, hay que tramitar cien mil permisos y eso lleva mucho tiempo. La pobre empleada parecía realmente apenada por no poder ayudarme y me acompañó un pequeño tramo para aconsejarme a dónde y por qué camino ir. Le confesé que estaba un poco asustada, que me había impresionado ver a muchas mujeres que llevaban trajes que dejaban libres sólo sus ojos. Son las menos peligrosas, me dijo, son beduinas. 

Sabiendo ya que el riesgo era menor al que parecía, pero sin dejar de lado la prudencia, me encaminé al museo de arte que me había recomendado, mientras hablaba por teléfono con mi amiga que me decía que por ahí había una peatonal muy linda en tanto pasaba al lado de ella. El museo resultó estar cerrado los domingos, así que aproveché que estaba en una calle que me parecía muy pintoresca y me puse a hacer aquello a lo que fui. Asegurándome en todo momento de tener mi espalda cubierta por una pared, un árbol o un poste grueso de electricidad.

Y he aquí, ya casi en el final, lo que motivó el título de esta nota. He visto todos los trajes típicos que existen, creo, dentro de la comunidad árabe. Hermosos vestidos bordados, mujeres con pañuelos en la cabeza, mujeres vestidas completamente de negro que sólo dejaban ver los ojos, mujeres con vestidos negros y pañuelos blancos (creo que son drusas, en Nahariya son mayoría las árabes que se visten así), mujeres con vestidos negros bordados y coloridos pañuelos, mujeres con jeans ajustados y pañuelos que enmarcan la cara. Y también habían judíos religiosos, con poca variedad. Si bien la mayoría los crucé en mi camino, muchos estaban en el mercado; donde un grupo de judíos religiosos rezaban a coro, mientras al lado pasaba una mujer árabe comprando vestida con uno de los atuendos típicos.

Y esa es la maravilla de Israel, un país donde a pesar de guerras y atentados, es posible la convivencia. Como me dijo un árabe que tenía ganas de charla: no hay país como Israel, para ser maravilloso, sólo le falta tener paz.

*Elohim: D´s.

**Tanaj: Antiguo Testamento.

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JUSTICIA NO ES IGUAL A ODIO

12 lunes Oct 2015

Posted by cindyisrael in Notas

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Afganistán, guerra, justicia, manipulación, muerte, odio, paz, periodismo, periodistas, protesta, Siria, soñar, terrorismo, terroristas, Turquía, verdad, vida

Aunque a muchos no nos guste y nos duela, la verdad es que la mayor parte del mundo se posiciona al lado de los terroristas. Cuesta entenderlo, salvo desde el punto de vista de que ninguno ha sido víctima de ellos aún. Lo que me parece más grave y más difícil de comprender es la justificación.

Cuando alguien toma una posición, es esperable que tenga claro sus motivos y hasta deseable que tenga los suficientes conocimientos como para tener una buena base de ellos. No voy a discutir de quién llegó primero, quién tuvo más permanencia y quién considera Tierra Santa a Israel o no. Tampoco discutiré sobre el poco sentido de la lucha por una tierra tan pequeña por parte de quienes tienen mucho más territorio. No entraré en tratar de explicar el poco sentido de que durante años en un montón de países nos decían a los judíos que nos volvamos a Israel de donde ahora nos quieren echar. Porque discutiendo esos puntos, no llegaremos a ningún lado.

Sólo les pido un ejercicio sencillo, simple, al alcance de cualquiera. Lean las noticias. Olvídense de Israel por un rato. Vean lo que pasa en otros países de origen musulmán: Siria, Turquía, Afganistán, etc.  Conflictos en los que Israel no tiene ninguna injerencia. Hermanos matando hermanos, asesinando sin piedad incluso a niños, violentando a quienes intentan manifestar sus ideas pacíficamente pero contrarios al régimen de turno… Por cuál tierra pelean ahí. Qué reclaman por medio de la muerte y el terror.

Algún día el mundo deberá despertar y darse cuenta que a los terroristas no los mueve ninguna idea reivindicativa ni de justicia social, los mueve sólo el odio y la veneración a la muerte. Es el odio por el odio mismo, que a medida que se va poniendo en obra se va retroalimentando. Es un sentimiento ciego, sin medida, sin final. Mientras el mundo siga cerrando los ojos a esta realidad, estará apoyando el terror y la muerte sin pensar que un día se le podría volver en contra.

No apoyen a Israel si eso les genera un conflicto interno y con sus ideales, pero no apoyen la cultura de la muerte y el odio. Elijan la vida, el amor, la verdad y la justicia. No se dejen engañar, no se dobleguen a la manipulación de los medios de (des)información. Anímense a pensar por su cuenta, no se dejen llevar como corderitos. Lean, infórmense, piensen.

     Me gusta soñar y tener esperanza. Por eso, aún espero levantarme un día y leer para la felicidad de todos que no hay más guerra ni atentados en ningún lugar del mundo ¿Alguien quiere acompañarme a soñar?

© Todos los derechos reservados.-

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VIVIR EN ISRAEL

23 domingo Ago 2015

Posted by cindyisrael in Vivencias

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amar, AMIA, amor, antisemitismo, aprendizaje, Argentina, camino, crecer, discriminación, dolor, drama, emigración, familia, Gaza, guerra, Hamás, hijos, historia, Israel, misiles, seguridad, terrorismo, terroristas, vida

A raíz de algo que pasó ayer, recordé otro suceso que aconteció hace poco más de un año, en la última guerra entre Hamás e Israel. Algunas mujeres, juzgaron a quienes elegimos venir con nuestros hijos a vivir a Israel como si eso nos transformara en las peores madres del mundo. Y me quedó ese recuerdo dando vueltas en la cabeza. No porque les de la razón o me sienta culpable, en absoluto. Estoy convencida de que habernos venido a vivir acá fue una de las mejores decisiones que mi marido y yo hemos tomado como matrimonio. Realizar semejante juicio es cerrar los ojos a la realidad que nos circunda.

Lo que me quedé pensando es en esas personas, si creerán que donde están viviendo es más seguro por no lloverles misiles. Argentina, junto con Australia, son los lugares del mundo más al sur en el mapa, más abajo, sólo la Antártida. Sin embargo hasta allí, hace poco más de 20 años, también llegó el terrorismo. Y no le pasó sólo a los judíos, porque entre los muertos había gente que sólo pasaba por la vereda. Y si hubiera sido sólo a los judíos qué, ¿debo dejar de pertenecer al pueblo hebreo nada más que para no ofender a unos cuántos? El terrorismo se sigue expandiendo a pasos agigantados, hace rato que ya llegó a Europa y el mundo poco a poco va abriendo los ojos. Demasiado lento y tarde para mi gusto, pero lo hace. Ya no hay lugar del mundo seguro. Muchos lo vimos venir y lo venimos anunciando desde hace algunos años. Pero Europa es lenta, como la tortuga sobre la que antaño creían que se sostenía el mundo.

La verdad es que nadie tiene la vida comprada y que nadie se va antes de su tiempo. Hace poco vi en la televisión un video de un accidente. Un auto perdió el control y se metió en un bar justo por la esquina donde había una mesita a la que había un hombre sentado. Lo podría haber hecho añicos. Sin embargo el hombre se levantó entero, asombrado, mirando sin entender lo que acababa de pasar, sin el más mínimo rasguño. Cuando fue la guerra del 2006, como conté en otras ocasiones, fui parte del 75% de la población de Nahariya que se refugió en ciudades más seguras. A los cinco minutos de haber pasado nosotros por cierta esquina, cayó ahí un misil. ¿Por qué no cayó cinco minutos después o nosotros no pasamos cinco minutos antes? Porque no había llegado nuestra hora. Historias de ese tipo hay muchas, durante la guerra; en accidentes aéreos, donde hay gente que se salvó por retrasarse y perder el avión; en las torres gemelas, con gente que ese día no fue a trabajar…

Una de las cosas que aprendí viviendo en Israel, es a no apresurarme al juzgar a otros. Muchas veces me pregunté cómo podía alguien vivir en tal o cual lugar o casarse con tal o cual persona. Sin embargo, no juzgo. Cuando no entiendo algo, pregunto. Voy a quien lo está viviendo en vivo y en directo. Indago, investigo. Es muy fácil caer en el facilismo del juicio, lleva menos tiempo y trabajo, aunque lastima más a otros y a la corta o a la larga, a uno mismo. Israel es mucho más que un país en guerra, es mi lugar en el mundo, donde he logrado cosas en doce años de vivir aquí que no he conseguido en treinta y cinco de vivir en mi país de origen. Amo a este país que me abrió las puertas y los brazos, que me dio la posibilidad de que mis hijos pudieran crecer y desarrollarse sin faltarles nada, que nos cuida, que avanza y cuya gente es franca y sin doblez. No es perfecto, nadie lo es, tiene defectos que a veces nos hace protestar y quejarnos. Pero así como hago con quienes me rodean, prefiero apoyarme en lo positivo y disfrutar tratando de dar lo mejor de mí cada día porque eso me hace feliz. Y es lo que deseo para mis lectores, una larga vida llena de felicidad.

CORAZÓN ISRAELÍ.-

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MANIFESTACIÓN URUGUAYA FRENTE A SU EMBAJADA

18 domingo Ene 2015

Posted by cindyisrael in Notas

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alarma, antisemitismo, embajada de Uruguay, embajada uruguaya, gazatíes, guerra, Hamás, Hertzlía, marcha, mercosur, misiles, Paraguay, paz, protesta, reclamo, uruguay, uruguayos

El viernes 8 de agosto del 2014 a las 11 de la mañana, se reunieron frente a la embajada de Uruguay alrededor de un centenar de uruguayos que viven en Israel. El objetivo de esta convocatoria fue protestar por el documento firmado por el presidente uruguayo José Mujica Cordano en el marco de las reuniones del Mercosur tratando a Israel de genocida que también han firmado los otros presidentes que formaron parte con excepción de Paraguay, que ante su sola mención mereció los aplausos de la concurrencia. También se manifestaron en contra del antisemitismo creciente en su país de origen, apoyando a los judíos que viven allí y a favor de la paz tanto para israelíes como gazatíes. Llamándose en medio de la convocatoria a un minuto de silencio por todas las víctimas sin ningún tipo de discriminación. El acto terminó con la entonación de los himnos de Uruguay y de Israel. También hizo acto de presencia el señor Embajador de Uruguay en Israel, Bernardo Greiver, a quien se le entregó una carta dirigida al Presidente Mujica.
En el acto se leyó la misiva, que formó parte de uno de los tres discursos pronunciados a cargo de: Mauricio Slivinsky (ideólogo y promotor de la manifestación, con apoyo de otros presentes), Mauricio Kruchik y Jana Beris (actual directora tras el fallecimiento de su padre, José Jerosolinsky, del Semanario Hebreo de Uruguay).
Dentro de los conceptos vertidos, se habló de sentirse doloridos y defraudados por el gobierno uruguayo. Uruguay es casi para ellos un país desconocido por causa del antisemitismo, no es el mismo país que dejaron. También se mencionó que la situación actual entre Israel y Hamás cobró en Uruguay importancia como si fuera un tema crucial de Estado. Comunicaron a familiares y amigos que viven allí que no están solos, los uruguayos de Israel están con ellos. Parte de las palabras de Jana,fue la lectura de una carta escrita por un armenio uruguayo que no está de acuerdo con que se considere genocida a Israel. Y no olvidaron mencionar que los presentes nacieron en Uruguay y son Uruguay.
La marcha se desarrolló en perfecta calma. Dentro de los carteles que se llevaron, decidieron no levantar en medio del acto, uno de los que hacía política respecto a Uruguay y que podía generar incomodidad frente al Embajador y algunos de los presentes. He agregado como parte del álbum de fotos dicho cartel que fotografié antes de comenzado el acto para que fuera del contexto de la marcha, permitir democráticamente que un ciudadano exprese su opinión. Pero dejando claro que no representa a todos los presentes.
Un dato a tener en cuenta, fue que ese mismo día a las 8 de la mañana, se había terminado la tregua de 72 horas pactada entre Israel y Hamás quienes cumplieron su amenaza de reiniciar la andanada de misiles. Mientras viajaba en el tren, supe que habían lanzado 10 misiles, al llegar a Hertzlía ya eran 13. Sin embargo ninguno de ellos llegó a la ciudad y el acto pudo desarrollarse sin alarma alguna.

dsc_0085

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Álbum de fotos de la manifestación

11 de agosto del 2014

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LA PSIQUIS NO SANGRA

28 viernes Nov 2014

Posted by cindyisrael in Notas

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guerra, Hamás, heridas, heridos, Israel, israelíes, psiquis, sur de Israel, terrorismo, terroristas

     Ni el alma ni la psiquis sangran. Sus heridas no son visibles a simple vista ni fotografiables. Por eso, cuando alguien acusa a Israel de reacción desmedida comparando muertos y heridos en Gaza y en Israel, son injustos.

     Los habitantes del sur israelí, hace catorce años (sí, no un mes o dos como muchos creen) que vienen recibiendo misiles y soportando una vida de alarmas y estrés que ninguna persona normal en ninguna parte del mundo soportaría ni aceptaría sin exigir a su gobierno una acción inmediata de defensa de su salud, su vida y su integridad. Catorce años es mucho tiempo de sobrellevar una situación tan dura, de correr a los refugios, de temer que un día no lleguen a tiempo para resguardarse, de sentir angustia cuando tus hijos no están en casa, de no hacer vida al aire libre porque no es seguro, de interrumpir las clases porque hay que protegerse. Son años de no vivir la infancia como cualquier chico, de no jugar en un parque ni en la calle, de no salir con los amiguitos, de no entender por qué del otro lado de la frontera hay gente que ni siquiera duerme porque busca matarme. Son años de no tener palabras suficientes para explicar a tus hijos el odio irracional y encontrar en medio de la angustia la manera de evitar que tus hijos terminen odiando. Son años de alimentar en medio del alma la furia y el dolor, el deseo de no tener adelante a quien quiere matar a tus niños, porque sabés lo que serías capaz de hacer. Años que entre corrida y corrida, entre misil y misil se esfuerzan en seguir con sus vidas lo más normalmente posible: trabajando, estudiando, edificando, creando, investigando, amando pese a todo y a todos.

      Varios habitantes del sur se instalaron con carpas frente a la casa de Netaniahu. Hay quienes creen que no es el momento adecuado para reclamos ni enfrentamientos. Pero cómo podemos decirles a quienes ya están hartos de vivir así que no reclamen lo que con justicia tienen derecho a reclamar: una vida tranquila, de paz. Sé que no es fácil ser gobernante de una nación, menos aún ha de serlo de una que está en guerra constante, teniendo que justificar su derecho a existir contra todo sentido y normalidad (porque asombra que sea necesaria dicha justificación). Pero más difícil debe ser vivir bajo constantes ataques y ver que el mundo que suele hacer marchas a  favor de los palestinos, no reclamen lo más mínimo por ello. Y más difícil debe ser ver que tu gobierno tarda tanto en reaccionar y sentir que te da la espalda, sea o no verdad. Si no reclaman sus derechos cuando están hartos, agotados, sus economías quebradas… ¿cuándo lo harán? ¿Cuando ya sea demasiado tarde y la cúpula de hierro sea insuficiente?

     Sin duda es un momento para estar unidos. Pero eso no significa darles a los residentes del sur una palmadita en la espalda y decirles: lo siento mucho, voy a rezar por vos, cuidate. Estar unidos significa respetarlos, entenderlos, apoyarlos y apuntalarlos en todo lo que de nosotros dependa. Y si sienten la necesidad de reclamar ahora y no mañana, levantemos nuestras voces con ellos. Que sepan que no están solos, que cuentan con nosotros, que no es ningún disparate desear vivir con libertad, paz y tranquilidad. Que ellos y sus hijos no son menos valiosos que las víctimas civiles palestinas. La única diferencia entre unos y otros, es que en el caso de los palestinos su dolor se puede fotografiar.

3

-Muro de los lamentos del lado de los hombres, Jerusalem, Israel. © Todos los derechos reservados.-

24 de agosto de 2014

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BASTA YA

27 jueves Nov 2014

Posted by cindyisrael in Notas

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antisemitismo, bombas, Gaza, guerra, Israel, misiles, odio, opinión, paz, solución

¡¡¡Basta ya!!! Y no hablo sólo de la guerra, también eso me gustaría que termine cuanto antes, con la seguridad de una paz definitiva para todos. Pero las bombas, los misiles, las granadas de morteros, no son los únicos con capacidad destructiva. Hay palabras que hieren y matan aún más.

     Quién en estos días no ha tenido que sufrir a una manga de energúmenos desinformados y llenos de odio citando panfletos y expresando diatribas que nada aportan con el único objeto de lastimar a otros, como si con la guerra no tuviéramos bastante. 

      He tenido que leer a gente asegurando que la guerra no es la solución, que tienen que haber caminos más pacíficos. Como si Israel quisiera la guerra y no hubiera ya intentado todo por la paz, hasta entregar Gaza por completo en el 2005. Pero si son tan genios y la tienen tan clara y de verdad desean la paz ¿Por qué no colaboran con su genialidad y envían esas ideas brillantes a nuestros líderes? Así ayudarían más que diciendo palabras huecas.

     Hemos leído también, desde que Israel entró a Gaza, cantidad de gente lamentándose de las víctimas gazatíes, negándose a entender que son víctimas de su propio gobierno y elevando su voz para que Israel se retire de Gaza, hablando de su amor por el pueblo gazatí. Me parece genial, pero a la distancia es muy fácil amar y dolerse. Todos ustedes que son gente de tan buen corazón, basta de palabras y a demostrarlo con hechos como voluntarios en Gaza. Que a lo lejos es facilísimo ser amoroso.

     Voces pidiendo la paz por todo el mundo, gritando contra Israel como si nosotros no la quisiéramos. Muy bien, valientes y aguerridos mensajeros de la paz, a gritar eso mismo en Ashdod, Ashkelon, Sdrot, Eshkol y Beer Sheva, también pueden hacerlo dentro de Gaza. Que las palabras se las lleva el viento y si gritan a la distancia, acá no llegan.

     A cientos y miles de kilómetros es tan fácil escribir y manifestarse contra lo que no se entiende ni se conoce… Ayer, muchachos de 18 y 19 años fallecieron por querer evitar una masacre, atajando a un grupo de terroristas que salían de un túnel para cometer un asesinato en masa en la comunidad residencial de Nahal Oz. Son héroes, muchachitos jóvenes que dieron su vida para salvar la de otros y me niego a dejar ni permitir que nadie ensucie su memoria ni se atreva a juzgar a sus familias que bastante dolor deben sentir ya. Todo Israel está de duelo hoy, yo creo que todos lloramos. Porque  en Israel no hacemos un culto de la muerte, amamos y respetamos la vida.

     Vaya en esta humilde y totalmente emotiva nota, me hago cargo, todo mi amor y apoyo a la familia de los caídos. Mi agradecimiento y apoyo a nuestros soldados que buscan defendernos y cuidarnos. Elohim los proteja.

AL VUELO.-

© Todos los derechos reservados.-

29 de julio de 2014

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