De madrugada

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No puedo dormir y me cansé de usar la computadora. Necesitaba hacer algo de tiempo. Después de todo, en poco más de una hora tengo que ir a hacer una pequeña labor.

Pensando en qué podía hacer, mi mente me llevó al tiempo en que escribía mis emociones, ideas, opiniones, disparates y cuentos sobre cualquier hoja que tuviera a mano. Con lapiz negro si no tenía birome*, incluso creo recordar que alguna vez usé un lapiz de color. Pero la vida es un avance constante, la tecnología nos trae novedades todo el tiempo… Y un día apareció Windows y luego con él, Word. Y todo cambió. Se acabaron las tachaduras, las letras ilegibles y los horrores de ortografía. Los textos tenían un formato prolijo y no debiamos preocuparnos ya en esforzarnos para que nuestros renglones no parecieran verdaderas olas. Además, un tiempo después aparecieron los blogs y luego las redes sociales ¡Con lo fácil que es copiar y pegar! ¡Mirá si voy a perder el tiempo copiando todo a mano! Bueno, es lo que haré en esta ocasión. Porque por esas cosas de la nostalgia que se tiñe con algo de romanticismo, estoy escribiendo sobre papel. Hacía tantos años que no lo hacía…

A veces me llegan videos o audios muy nostálgicos del tipo: «te acordás cuando» y una lista de cosas que teñidas con ese romanticismo nostálgico del que hablé antes, parece que fue todo mejor que ahora. Pero es un truco, un mal juego de la memoria que elige recordar sólo lo positivo y que, entre otras cosas, olvida que muchas de esas maravillas dejaron de serlo incluso dentro de nuestra infancia y el por qué.

La tecnología, los nuevos conocimientos, la modernidad no son nuestros enemigos. Nada de eso apareció como ppor arte de magia con el fin de arruinarnos la poética de la vida. Simplemente el ser humano buscó soluciones a problemas que existían. Es cierto que en el camino se generaron nuevos problemas y se encontraron soluciones que ni siquiera sabíamos que nos hacían falta. Pero como dice la sabiduría popular, sólo el que nada hace no comete errores. Aunque podríamos pensar que hacer nada ya es un error, pero ese es tema para otra reflexión.

Tener nostalgia no es algo malo. El tema es quedarnos estancados en ella. Recordar cosas que nos hicieron felices y compartirlas con las nuevas generaciones es bonito. Comparar esas vivencias con las que tiene la infancia ahora creyendo que todo tiempo pasado fue mejor, no lo es. Además es mentira. Esas vivencias te parecen mejor porque son tuyas, y a tus padres y tus abuelos les parecían mejor las de ellos. Tus hijos y nietos disfrutan de su infancia como es ahora. Y puede ser que te cueste entenderlo, pero tu incomprensión no la vuelve peor. En todas las época hubo avances que para la generación anterior eran terribles y también dolores mundiales que lamentar y que nadie quiere que se vuelvan a repetir.

En mi caso particular, me permito tener algo de nostalgia a veces. Pero elijo adaptarme y aprender las nuevas tecnologías que se presentan para simplificarnos la vida. No me peleo con lo nuevo, trato de comprenderlo e incorporarlo. Si doy algunos ejemplos, los más jóvenes que puedan llegar a leer esto se van a reír. Porque para ellos es algo muy natural y opino que está bien que así sea. Pero bueno, a riesgo de burlas acá van algunos: no hago más la cola en la caja de la farmacia, me cobro yo misma en la máquina que hay para eso. Tengo una aplicación con la cual puedo traspasar plata en un tris tras sin tener que llevar efectivo encima. Pido y cancelo turnos por la app de mi prestación médica donde también recibo los resultados de mis análisis. Uso con facilidad las redes sociales… En fin, un montón de cosas más que cuando éramos chicos los de mi generación ni se nos ocurría como posibles. Y tampoco soy tan vieja, eh.

Quizá lo que les ocurre a los eternos nostálgicos, es que les asustan los cambios y no todos tienen la misma facilidad para la adaptación. Puedo llegar a entenderlos. Pero a mí, por favor, no me manden más de esos videos y audios; déjenme vivir el presente. Seamos felices ahora, antes ya pasó. #Amémonos.

«En mi caso particular, me permito tener algo de nostalgia a veces.»

*Birome es la marca del primer bolígrafo y en Argentina por extensión llamábamos así a todos los bolígrafos.

Coronavirus y otras yerbas relacionadas

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Hace ya cerca de un mes, sino más, que Israel impidió arribar a nuestro país a turistas chinos. Fue muy criticado por ello, pero cuando leí los motivos me pareció sensato y me sentí agradecida de que se nos cuidara. Para entonces también a todos los que llegaban de Europa y Asia se los mandaba automáticamente a una cuarentena de 14 días. Poco después escuché a una doctora argentina que trabaja en puestos de salud muy importantes en Israel, explicar lo poco que se sabía hasta el momento. Aclaró que la mortandad era baja pero el problema estaba en la facilidad y rapidez de contagio, pudiendo llegar de esa manera con facilidad a los grupos de riesgo. También contó que Israel ya estaba trabajando en una vacuna, que estimaban que estaría en cuatro o cinco meses, pero que si conseguían inversores estaría antes y eso es lo que esperaban. Aún ni los médicos sabían mucho sobre este virus, las medidas para intentar atajarlo se implementaron con rapidez y se iban mejorando y ajustando cada día, aún ocurre.
Al principio nos decían que nos laváramos mucho las manos con jabón y nos desinfectáramos con alcohol, que guardáramos un mínimo de un metro de distancia, que los que podían trabajar desde sus casas lo hicieran, que tratáramos de salir lo menos posible y que no nos podíamos juntar más de 100 personas. Luego la distancia aumentó a dos metros, la cantidad de gente que nos podíamos reunir disminuyó a 10 como máximo, cerraron bares y restaurantes y nos dijeron que sólo saliéramos de casa para lo indispensable. Hace un par de días disminuyó el transporte. Los autobuses cancelaron el 50% de sus líneas de servicio y los trenes comenzaron a funcionar sólo uno cada hora. Casi desde el principio, poco después, la policía comenzó a controlar que los que debían estar en cuarentena la estuvieran cumpliendo. Actualmente la orden de quedarnos en las casas se recrudeció. Y a mí me parece bien.
Lamento mucho que haya gente que no entienda. No es que debamos tener miedo de morirnos todos. Eso que muchos utilizan para decir que se está generando alarmismo es una falacia. El problema es como decía la doctora argentina que mencioné más arriba, que el contagio es incontrolable, rápido y extendido. Todos nos podemos contagiar e incluso ser asintomáticos y ser un vehículo de contagio para gente que esté dentro de algunos grupos de riesgo. Puede ser tu padre, tu madre, tus abuelos e incluso tu pareja o tus hijos. Es doloroso escuchar o leer a unos cuantos ignorantes que dicen que sólo se mueren los ancianos. Edad a la que todos llegaremos si no nos morimos antes por algún motivo, aunque no sea el coronavirus. Y cuando eso ocurra, todos querremos que se respete nuestro derecho a una vida digna y plena. Personas gracias a las cuales nosotros estamos en esta vida y hay quienes no lo entienden y les pagan con desprecio. Pero es que además no es cierto que sean los únicos que se puedan morir, ya ha muerto gente más joven. Y, al menos hasta ayer, estaba muy grave un bebé recién nacido que nació prematuro y había sido contagiado por personal del hospital que no sabía que tenía el virus.
He leído a mucha gente egoísta, demasiada, que protestan por: tener que estar encerrados, porque se aburren, porque después de haber estudiado mucho les posponen exámenes... ¿Cuánto vale la vida de tus seres amados, la de tus vecinos, o incluso la de esos profesores que deberían tomarte los exámenes? Si te aburrís en casa, es el momento de ejercitar la solidaridad y de desarrollar tu creatividad. Cada uno dentro de sus posibilidades. Por ejemplo: #YoFotografíoenCasa. Busco dentro de mi casa esas cosas y rincones a los que nunca les había prestado atención, encuentro formas de hacer fotos divertidas o simplemente presto más atención a qué hay del otro lado de mi ventana. Estoy segura que todos pueden encontrar maneras creativas de pasar el tiempo, pueden empezar pensando en cuáles.
Es importante que todos entiendan que no es una simple gripe, que quedarse en casa no es un capricho de las autoridades de cada país ni de los sanitarios, es una responsabilidad de cada uno. Porque cuidándote a vos, nos cuidás a todos. Sé solidario, cuidate.

El punto rojo

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     Situación: dos personas se encuentran en una ambiente donde sólo hay un sistema de medición, un centímetro. No hay ninguna superficie reflectante, ni una cámara de fotos, ni un teléfono celular con el cual hacerse un autorretrato.

Uno de ellos tiene en su mano un punto rojo. Moviendo la cabeza y la mano hasta lograr que quede alineada con su vista, puede ver ese punto con claridad. Toma el centímetro que hay allí y mide el tamaño de su punto rojo, sólo para tener más datos sobre él. Mira de frente a quien lo acompaña y le hace saber qué él también tiene un punto rojo en la punta de la nariz.

La otra persona que está en dicho ambiente se ofende. Le recrimina que le dice eso por envidia, porque él tiene la piel perfecta y su interlocutor no, tiene un punto rojo en la mano. Pero al cabo de unos segundos le gana la curiosidad y decide hacer el esfuerzo de comprobar la existencia de dicho punto rojo poniéndose bizco. Lo consigue, pero no lo ve con claridad. Lo percibe borroso y distorsionado. Le pide a su compañante que le mida el punto. Lo hace, pero eso no lo ayuda, no le da un panorama real, un verdadero conocimiento de la mancha que tiene en la punta de su nariz.

Quien tiene el punto rojo en tan incómodo lugar de su anatomía, tiene básicamente dos opciones: tratar de ignorarlo o tratar de conocer cómo es realmente. Ignorarlo le resulta difícil, ahora que ya lo hizo, los ojos no pueden evitar buscar el punto rojo y termina poniéndose bizco incluso contra su voluntad. Eso es muy molesto. Así que necesita encontrar una manera de resolverlo. Y aunque no deseaba esforzarse, lo hace y se levanta a buscar algún espejo en algún otro ambiente cercano. Lo encuentra, al fin se enfrenta a él y lo reconoce.

     A veces, las personas tenemos puntos rojos en la punta de nuestra nariz que somos incapaces de percibir por nosotros mismos, puntos que no elegimos tener pero están ahí. Enfrentarse a ellos, pensar por uno mismo, no esperar que el otro nos resuelva la información que necesitamos es incómodo e implica un esfuerzo extra que no todos están dispuestos a hacer. Pero cada uno es dueño de sus propias decisiones, y como tal debe ser responsable también de las consecuencias que ellas acarrean.

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-A veces preferimos ver los puntos rojos de los demás y no los propios-

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La sinrazón de ser

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Nadie sabe qué motivo el intercambio de palabras entre Juan y Pedro que, hasta ese día, habían sido grandes amigos. Sólo puedo contar que poco a poco se transformó en una pelea de tal cariz, que llegó a escucharse en la otra cuadra del bar en el que estaban. Y no es que ellos tuvieran voces muy potentes, ni que usaran micrófono ni nada que se le parezca; sino que a medida que la discusión iba en aumento, la gente de alrededor por algún motivo desconocido sintió la necesidad de tomar partido por uno u otro. No importaba ni el tema por el cual discutían, todos lo desconocían, lo importante era apoyar al que cada uno creyera más débil. Después de todo, quienes allí estaban se consideraba una buena persona y no iban a permitir una injusticia. Así que lo que al principio eran sólo dos voces, se terminaron convirtiendo en decenas que formaban una sóla voz. Al principio de la charla entre ellos, trató de intervenir un personaje al que echaron de la mesa con malos modos y que quedó muy triste acurrucado en un rincón del bar sin que nadie se dignara a prestarle la menor atención. Era la Razón. Con la mirada humedecida miraba lo ocurrido. Tuvo algunos intentos de meterse entre la gente y dar su aporte, pero con la misma suerte ya acontecida. Sin animarse a mirar atrás, dejó el bar en busca de alguien que le diera la bienvenida.

Estuvo en parques llenos de niños con padres orgullosos, en museos de ciencia, en la universidad de filosofía y letras donde creía que le darían incluso preponderancia, se metió en las redes sociales y pasó por el Congreso de la Nación. Se acercó a niños, jóvenes, adultos y ancianos. Anduvo entre hombres, mujeres, hombres que se sentían mujeres y mujeres que se sentían hombres. Buscó entre diferentes oficios y profesiones. Pero siempre con el mismo trato recibido en el bar. Algunos ni siquiera se molestaban en echarla, simplemente ignoraban su presencia.

La Razón cayó en una profunda depresión, no había encontrado en el mundo a nadie que la valorara. Ni hablar ya de que la convocaran, ni siquiera se daban vuelta a mirarla. Sin un lugar dónde ir, sabiéndose sola y abandonada, caminó paso a paso hacia el pico más alto de la montaña más alta. Pensó que la vista desde allí sería maravillosa, que abarcaría tanto que le permitiría encontrar a la única persona que la buscara y la quisiera. Pero al ver que ese ser no existía, dio un pequeñó paso hacia adelante y se dejó caer. Ya nadie debería temer su molesta intervención. La Razón, había dejado de existir.

ISRAEL, ALLÁ VAMOS!!!!!

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OjO al piOjO

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Anoche me fui a acostar madurando una nota que quería escribir hoy. Pero esta mañana amanecí con una «novedad» que hizo que considerara el tema del  que voy a hablar no más importante, pero sí más urgente.

No es nada nuevo (por eso las comillas en mi párrafo anterior) que a las puertas de unas elecciones se trate de manipular a la población. Incluso fuera de las elecciones también, pero ese es otro tema. Y estas próximas elecciones en Argentina no iban a ser la excepción. La diferencia es que al menos antes eran más sutiles y se notaba menos. O quizá es que ya muchos estamos más atentos. Esa es una buena señal, quiere decir que hemos aprendido algo. Ahora bien, que eso nos sirva para ser más sensatos a la hora de tomar decisiones, ya es otra cuestión.

Ayer estuve discutiendo en un grupo de argentinos en Israel de Facebook con algunas personas sobre las próximas elecciones. Allí me di cuenta que muchos que votarán a Macri están sumidos en una alarma social. Tienen miedo. Sobre todo los judíos. El hecho de que Macri haya declarado terroristas a Hizbollá con presencia y activa en Argentina desde hace muchísimos años, les infundió la idea de que él está haciendo algo y que en su gobierno hay menos riesgo de ataques terroristas. Eso lleva a que muchos judíos se inclinen hacia él. Y lo entiendo. Pero desde el ataque a la embajada de Israel y a la AMIA, el riesgo de que se vuelva a repetir algo así ha estado siempre latente, en todos los gobiernos. Y hasta ahora, gracias a Elohim y esperemos que siga siendo así, no ha vuelto a pasar. Que no quiere decir que no pueda volver a ocurrir. Puede, pero en cualquier gobierno, porque los terroristas no piden permiso. Votar por miedo me parece terrible, válido, pero terrible.

Por otra parte, tenemos a los K, que a pesar de haber triunfado en las previas parece que no están tan tranquilos y seguros de que van a ganar, porque como me dijo un amigo hoy, están tratando de confundir a la población. Y eso es claro cuando ha empezado a circular por Whatsapp un video con una noticia del año 2013 como si fuera actual, tratando de hacer creer que el antisemitismo es cosa del gobierno macrista. El video en cuestión me llegó dos veces esta mañana, enviado por dos personas que están muy lejos geográficamente una de otra y que lo que tienen en común, aparte de ser mis amigos, que son argentinos muy inteligentes y bien informados. Sobre la noticia que venía en el video, escribí dentro de una nota mía en el año 2014 titulada La Liberación Esperada. Allí encontrarán otras claras muestras de antisemitismo del gobierno K. Si quieren más muestras, pueden leer: Argentinos de décima categoría y mi cuento Puede Pasar que hace constancia del conocimiento que entonces ya se tenía de la presencia de Hizbollá en Argentina.

No seré yo quien les aconseje a quién votar y a quién no. Yo no soy seguidora ni admiradora de ninguno de los dos. Lo único que espero es que cuando voten lo hagan con convencimiento, libres de manipulaciones, con las ideas claras, con la memoria en funcionamiento y sobre todo sabiendo que ninguno de los dos son los salvadores de la patria. Lo más probable es que ambos la sigan hundiendo. Así que, decidas lo que decidas, no te arrepientas. No es que estás teniendo muchas opciones, gane quien gane nunca estarás seguro de qué habría pasado si hubieras votado al otro.

No sé quién ganará pero lo haga quien lo haga, espero que se acuerde que el país no es SU empresa privada, es de todos y que ellos son sus empleados. Aunque soy escéptica, deseo de corazón que Argentina de una vez salga adelante y sane sus heridas. Pero eso sí, no lo logrará un presidente, lo lograrán todos los argentinos ejercitando la capacidad de pensar, la memoria y aprendiendo a ver las cosas desde distintos puntos de vista.  En la vida no todo es Macri o Cristina, River o Boca, Capital o provincias. Siempre hay más opciones.

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El Gran Pecado de Adán y Eva

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Los invito a leer Génesis 2 y 3. Para el fin de este artículo iré citando los versículos en los que me apoyo para llegar a las conclusiones que expresaré a continuación.

Génesis 2: 15-17 Elohim* le da una orden al hombre. La mujer conoce esa orden: Génesis 3: 2-3. La serpiente que es astuta, argumenta con la mujer acerca de los motivos por los cuales Elohim prohibe comer de ese fruto. El enfoque no está dado en si Eva debe o no desobedecer a Elohim, sino en argumentos sobre los motivos de Elohim para esa prohibición: Génesis 3: 4-5. La mujer no se plantea que si come del árbol está desobedeciendo, ella sopesa la argumentación que le parece correcta, ve que el fruto es apetitoso y come; además de darle a su marido, el cual no se resiste diciendo: no, Elohim dijo que no comamos de este fruto: Génesis 3: 6-7. A la luz de estos versículos, siempre entendimos que el pecado de Adán y Eva por el cual el hombre debe ganar el pan con el sudor de su frente y la mujer parir con dolor, fue la desobediencia. Es cierto que ellos cometieron ese pecado, pero leamos los versículos siguientes: Génesis 3: 9-19. Elohim increpa a Adán ¿Qué habría querido Elohim que él respondiera o cuál habría sido la mejor actitud de Adán? Me atrevo a responder que el arrepentimiento. Probablemente algo así como: Eva me ofreció del fruto y yo no me negué sabiendo que vos nos lo habías prohibido, comí de ese fruto y ahora me siento muy mal por haberte desobedecido. Elohim increpa a Eva ¿Qué habría querido Elohim que ella respondiera o cuál habría sido  la mejor actitud de Eva? Una vez más me atrevo a responder que el arrepentimiento. Algo así como: la serpiente me dijo cuáles eran tus motivos para que no comiéramos, a mí me parecieron tan lógicos sus argumentos y el fruto tan bueno, que no me planteé que te estaba desobedeciendo. Sé que hice mal y lo siento de verdad. Ninguno de los dos actuó así, sino que le echaron la culpa a otro. Ahora bien, Elohim no le dio ninguna oportunidad a la serpiente, sino que directamente la maldijo. Es decir que a Adán y a Eva  les dio una oportunidad que ellos no supieron aprovechar.

     La humanidad arrastra hasta el día de hoy ese mismo pecado, el de no arrepentirse y buscar siempre un culpable. Cuando un niño le pega a otro, si uno le pregunta por qué lo hizo dirá: es que él empezó, o él me quitó mi juguete, etc. Jamás reconocerá que actuó impulsivamente y que hizo algo que no estaba bien. Si una pareja se separa, casi siempre la culpa la tiene el otro o su familia, y así con cada asunto de nuestra vida. Solemos creer que muchas de las cosas que nos pasan son consecuencias de nuestros actos, para bien o mal. Y seguramente es así, pero sin duda muchas cosas (sino todas) son consecuencia de nuestra capacidad o incapacidad de arrepentirnos. Seguramente las consecuencias de nuestros actos no serán las mismas si somos capaces de arrepentirnos de nuestros errores y obramos en consecuencia.

 

*D´s.

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«Se Quedó Dormido y Ya No Regresó»

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Hay artistas que pasan por la vida cual brisa. Logran dejar una obra que podemos llegar a recordar en el futuro, pero nada más. Incluso lo más probable es que nunca recordemos al autor de dicha obra.

Pero hay artistas que dejan huella. Son esos artistas que son capaces de marcar uno o varios momentos de nuestra vida. No son aves de paso, llegan para quedarse en su obra, en el corazón y la memoria de quienes tuvimos el placer de disfrutar el fruto de su inspiración. A esa clase de artistas pertenecía Alberto Cortez e incluso me atrevería a decirlo en presente, porque su arte hace que él de alguna manera siga vivo.

Era muy chica cuando lo escuché por primera vez y me acompañó mucho tiempo, con mensajes que a muchos les vendría bien conocer. Con él construí Castillos en el Aire y entendí que cuando se ama no hay distancia que no pueda acortar una simple rosa, entendí que cuando amamos podemos sentir que él otro nos pertenece; pero no es cierto, porque el amor no es enemigo de la libertad. Él nos ayudó a muchos a poner en palabras lo que sentimos cuando perdemos un amigo y cuando tuve ganas de tirar la toalla, me recordó que podemos ser aprendices de Quijote y que debemos «pensar que no deben dejar de sonar las campanas, aunque tenga que hacer más que hoy y que ayer a partir de mañana».

Por todo eso, no podía dejar de escribir mi pequeño homenaje a este gran artista que no debería ser olvidado nunca, porque no murió, simplemente «se bebió de golpe todas las estrellas, se quedó dormido y ya no regresó».

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-«Y construyó castillos en el aire, a pleno sol, con nubes de algodón; en un lugar a donde nunca nadie pudo llegar usando la razón…»-

LA JUVENTUD NO ES MODERNA

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Querido/a/e joven/a/o tengo una/o/e novedad/o/e para contarte. Pero dejaré de hablar con tantas opciones porque me cansa. A mí no me molesta y nunca me creó un conflicto el artículo genérico. Tampoco me resulta terrible que a vos te moleste. A mí también hay cosas que me molestan, como a todo el mundo, sólo que no trato de imponer o forzar que las cosas debieran ser como yo creo. Porque lo que a mí me molesta, a otro no y lo que a otro le molesta a mí no. De eso se trata la convivencia, también a nivel social, de tolerarnos los unos a los otros.

Los adultos que muchos jóvenes menosprecian o burlan, para vuestra sorpresa, también fueron jóvenes alguna vez y también soñaban con cambiar el mundo. Algunos aún soñamos y con paciencia y a nuestra manera, cada uno aporta su granito de arena, tan valioso como el que aportás vos.

Muchas de las modernas tecnologías que hoy utilizás, existen gracias al trabajo, investigación y esfuerzo de esos mismos adultos de los que hoy te hablo. Ya no hay casi nada nuevo bajo el sol, las nuevas tecnologías son mayormente mejoras y evolución de las antiguas. Para que hoy exista el automovil, el hombre de las cavernas inventó la rueda. Ya ves qué tan antiguos podemos llegar a ser todos. Por eso, creerte superior a un adulto que no entiende alguna de esas evoluciones y no tenerle paciencia, es un sinsentido y una injusticia.

Seguramente algún padre, abuelo, tía, tutor o encargado, te ha pedido ayuda alguna vez con una de las «nuevas» tecnologías que hoy vos manejás tan bien y para nosotros (para algunos más que para otros) puede llegar a ser un misterio. No voy a caer en el error de generalizar y decir que todos los jóvenes son iguales, porque eso no es cierto. Pero sí me atrevo a creer que la mayoría reaccionan igual, porque lo he padecido y he sido testigo también de otros casos. Además, pese a que a ustedes no les guste, los padres hablamos de ustedes entre nosotros.

Cuando un adulto te pide ayuda, no es para que vos vengas, lo resuelvas en un tris tras y vivir dependiendo de tu ayuda todo lo que le quede de vida. Lo fundamental cuando alguien pide ayuda es saber en qué y cómo desea ser ayudado. Te va a dar mejor resultado a futuro invertir un poco de paciencia, escucharlo y explicarle con tranquilidad cómo se hace, que hacerlo rápidamente vos para sacártelo de encima. El amigo con el que estabas chateando podrá y tendrá que entender que tenés una vida fuera del celular, la computadora y los videojuegos y esperará a que te desocupes. Como vos tendrás que esperar a tu amigo muchas otras veces. Si le vas dando las instrucciones con calma, respondés a sus preguntas mientras dejás que la persona mayor lo haga; esa persona ya sabrá como hacerlo y si alguna vez te vuelve a llamar será por otro asunto. Cuanto más le expliques cada vez, cuanta más paciencia y amor inviertas, menos va a necesitar tu ayuda porque ante situaciones similares ya tendrá las herramientas para saber resolverlo.

Ya ves; com amor, paciencia y tolerancia, todos salimos ganando. Y te dejo un recordatorio, que sé que ahora te costará tener en cuenta: no vas a ser joven toda la vida. Cuando tengas nuestra edad, probablemente la tecnología seguirá actualizándose y evolucionando y serás vos quien necesites ayuda de tis hijos, nietos, sobrinos o incluso alumnos.

Todos podemos ayudar a modificar y mejorar el mundo en el que vivimos. Pero eso no se logra con imposiciones, censuras y agravios. Se consigue mucho más y de mejor calidad con amor, paciencia, tolerancia y tiempo. Que tengas una hermosa vida.

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EN ESTO SÍ

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Hace tres años y medio, escribí una nota en la que planteaba que salvo por mi cuerpo y algunas condiciones de mi vida, dudaba de ser mujer. Explicaba que no entro en las generalizaciones que suelen hacerse de nuestro género, que no me siento identificada con las descripciones que poética o humorísticamente, se le atribuyen al género femenino. Pero hay algo que me señala cláramente como tal: la cartera*.

Hace unos días, escuche una humorista que en su monólogo afirmaba que a medida que las mujeres avanzamos en edad, también avanza el tamaño de la cartera, sobre todo a partir de los 30. Y esta vez sí, me sentí plenamente identificada.

Por algún extraño motivo que desconozco, los diseñadores de moda femenina, están convencidos que las mujeres no necesitamos bolsillos. Salvo raras excepciones, ningún pantalón o blusa femenina tiene incorporados bolsillos. La excepción por antonomasia, es el jean. Lo usaba mucho cuando era MÁS joven. Distribuía en sus bolsillos el D.N.I., el dinero y las llaves. Cuando hacía frío, utilizaba los bolsillos de las camperas.

No sé en qué momento fue la inflexión, cuándo me di cuenta que no podía salir a ningún lado sin cartera. Supongo que fue después de tener mi primer hijo, cuando usaba el bolso del bebé con todo lo que a él le pudiera hacer falta, agregando además aquellas cosas personales que necesitaba para salir. Y es verdad lo dicho por la humorista, empecé usando cartera y poco a poco se me iba quedando chica.

Mi afición por la escritura viene desde niña. Ya adulta me di cuenta que muchas veces me inspiraba en los lugares más inesperados y que si no anotaba lo que se me ocurría, luego lo perdía; así fue que agregué a mi cartera un block de hojas y una estilográfica. No hay que olvidar los pañuelitos descartables, muy útiles para la alergia de primavera, el resfrío del invierno, la transpiración del verano y en otoño quién sabe qué podría pasar… Y el papel higiénico por si tenés ganas de ir al baño en algún lugar público y cuando entrás descubrís que se terminó y no repusieron. Agreguemos las recetas médicas, los análisis de sangre o lo que hiciera falta de nuestro niño y propio. No olvidemos tampoco eso que nuestro marido nos pidió guardar en nuestra cartera porque él no tenía dónde ponerlo y que luego se olvidó de pedirnos de vuelta. Infaltables los envoltorios de caramelos, chocolates y afines que introdujimos en ella porque no había tachitos de basura a la vista…

El otro día, hablando con mi sobrino mayor le decía: tengo tantas cosas en mi cartera, que me imagino un día estar en un zoológico, ver al dueño desesperado llorando porque se les murió el último elefante que les quedaba y en ese mismo monento decirle que no se preocupe mientras saco un elefante de mi cartera.

A mis 49 años comencé el camino de regreso. Luego de sentir que no puedo cargar tanto porque mi espalda me lo reclama, habiendo intentado hacer revisión y tirar lo que no es realmente necesario (que es muy poco, porque una nunca sabe cuándo va a necesitar tal o cual cosa ¿y si lo saco de la cartera y luego lo necesito?), he empezado a usar carteritas. Aunque la que más uso ya está engordando bastante, a ver qué saco para que no se me rompa. Uso las cartera grandes para trayectos largos y cuando tengo que estar muchas horas lejos de casa.

Qué lástima que a ninguna mujer de mi familia se le haya ocurrido advertírmelo. Jóvenes adolescentes que puedan leer esta nota, aún están a tiempo de salvar vuestras espaldas. Decidan qué es lo estrictamente necesario antes de que sea demasiado tarde, recuerden que es muy poco probable que alguien necesite un elefante.

OTRA CARTERA.-CMA

-Todo entra en una cartera femenina si se sabe acomodar…-

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*En muchos países hispanoparlantes llaman bolso a la cartera y cartera a la billetera. En este caso estaríamos hablando de lo que en dichos países denominan bolso.

LA MODA REVIVAL DEL ANTISEMITISMO

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El antisemitismo está de moda. Pero no tiene nada nuevo, ni siquiera el discurso es diferente al utilizado en el medioevo e incluso antes. El antisionismo o antiisraelismo (como prefieran llamarlo) también está de moda. Y auque no se remonta a tanto tiempo atrás como el antisemitismo, porque el propio sionismo en comparación es bastante moderno, tiene ya varios años y tampoco ha variado nada. De hecho, ambos odios comparten parte del discurso también y en ninguno de las dos posturas falta el amigo judío.

Quiero aclarar antes de proseguir algo que no dudo (porque en eso tampoco se renuevan) lo que muchos van a señalar: semitas no son sólo los judíos, los árabes también son semitas. Ya que vamos a aclarar, aclaremos todo. No todos los árabes son musulmanes; los hay también cristianos, drusos y judíos. Así que tampoco estaría bien señalar la diferencia entre judíos y árabes. Si usted estudió teoría de conjuntos, podríamos decir que parte del grupo Judío, se interseca con el grupo Árabe. Pero para ser más exactos y tratar de evitar irnos por las ramas cabe aclarar, para los fines de este artículo, que en este caso específico hablamos de antisemitismo como sinónimo de antijudaísmo. Así se ha utilizado siempre y ya que el discurso del odio es igual, la palabrita la mantengo.

Sin embrago, y para ser justos, algunos antisemitas sí han cambiado un poco. Ellos mismos saben que mostrar abiertamente su odio hacia todo un pueblo es mínimamente vergonzoso. Así que lo han disfrazado de antisionismo. Por eso el discurso no varía tanto. Muchos llevamos años tratando de luchar contra esta barbaridad e incluso tratamos de mostrar con nuestra conducta lo equivocados que están. En lo personal, lo único que he conseguido (fuera de algún caso excepcional y que me marcó muchísimo), es ser vista como una excepción. Me he encontrado con gente a lo largo de mi vida que me ha dicho elogios tales como: «¿En serio sos judía? No parece, sos tan buena…». Dudo mucho que esa gente haya conocido más judíos aparte de mí en su vida.

Desde que vivo en Israel, me he abocado desde el blog y las redes, ha luchar contra el antisionismo que es fruto de la desinformación. Pero sucede que a veces me canso y me planteo qué nuevo puedo decir que no haya dicho ya. Puesto que ellos no cambian su discurso, quizá seamos nosotros quienes debamos cambiarlo. A lo mejor es hora de reconocer que estoy nadando contra la corriente y debería dedicarme a escribir sobre otros temas. Me lo planteo porque me va pasando cada vez más seguido, que ante cada comentario antisemita y/o antisionista, tengo una nota ya escrita con la cual responder. Y si es así, será que no hay nada nuevo que decir.

Seguiré defendiendo a Israel desde mi humilde lugar como pueda, utilizando las notas ya escritas. Pero al menos, en lo que se refiere a este tema, por el momento y hasta que no vea que vale la pena seguir, esta es mi despedida. No del blog, sino de la temática. Porque los antisemitas y antisionistas pueden no cansarse de ser repetitivos y traer argumentos que huelen a naftalina, pero yo sí me agoté.

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