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almuerzo, amigos, charla, Ciudad, comida, despedida, encuentro, España, Madrid, restaurante
Y ahora sí, llegamos al final de nuestra aventura. Ya es la despedida sin vuelta atrás. Con una mezcla de tristeza, esperanza, ilusión y algo de agotamiento. Pero es un cansancio feliz, ganado a fuerza de haber aprovechado y disfrutado el viaje al máximo. Con pasión, con ganas, con mucha buena disposición. Nos llevamos ruidos, sonidos, sabores, olores, aromas, conocimiento, fotos, novedades, abrazos, buenos deseos de buenos y nuevos amigos; comentarios alentadores, amistosos y no tan agradables. En suma, una experiencia que agradezco a Elohim haber podido vivir junto a mi marido.
Ayer fue un día que podría partir en dos. El medio día y la noche. En la primera parte les contaré que nos hemos reunido con gente a almorzar (comer lo llaman en España): una amiga de Internet con su hija (gracias por los alfajores, estaban riquísimos), la amiga que vive en Madrid con su marido e hijo con quienes ya habíamos compartido tiempo anteriormente y una mujer joven con su hija que no conocía (dos dulces de leche) . Gracias a la dulce que llamó por teléfono y qué pena que otra de ellas se sintió mal y no pudo estar con nosotros (espero que estés mejor). Fue una grata compañía, me encantó haber podido verlos, charlar y abrazarlos.
A la noche llegó algo muy esperado: LES LUTHIERS. Hemos conocido a los dos reemplazantes de Daniel Rabinovich y nos quedó claro por qué necesitaban dos. Daniel lo abarcaba todo. Era actor, cantante y músico y todo lo hacía bien. De los dos reemplazantes, uno es un buen actor y muy buen cantante, pero no es músico; el otro es cantante y músico, pero no es actor. Igual, ambos lo han hecho muy bien y me gusto que fueran ellos mismos y no trataran de imitarlo. Hicieron adaptaciones, no sólo por estar en España, sino que actualizaron temas. Un ejemplo fue El Bolero de los Celos. Donde antes decía que revisaba sus cartas, ahora dijeron que revisaba sus emails. Nos hemos reído y disfrutado mucho.
El día de hoy es un capítulo aparte. Hemos sido tratados como reyes por nuestros amigos madrileños que hemos conocido nuestro primer día en Madrid y el hijo de mi amiga, quienes a partir del mediodía nos han recibido en su casa y ya no sabían qué más servirnos. Como dirían mi marido, su madre y hermana: de lo mucho y de lo bueno. Y, aunque todo lo servido y cocinado estaba espectacular, para mí lo mejor fue la compañía. Al hijo de mi amiga lo conocimos hoy. Es un chico dulce, simpático, respetuoso y tiene una sonrisa maravillosa. La conversación fue tan amena e interesante, que cuando quisimos darnos cuenta, ya eran las 19:30hs.
Y ahora sí, ya está, no queda mucho por contar. Llegó el momento del punto final para la bitácora. Mañana me levantaré de madrugada para ir al aeropuerto y volver a mi tierra, mi amada Israel. Que tengan todos felices sueños.
Madrid, 06/03/2016 a las 23:49hs.
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