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Aunque a muchos no nos guste y nos duela, la verdad es que la mayor parte del mundo se posiciona al lado de los terroristas. Cuesta entenderlo, salvo desde el punto de vista de que ninguno ha sido víctima de ellos aún. Lo que me parece más grave y más difícil de comprender es la justificación.

Cuando alguien toma una posición, es esperable que tenga claro sus motivos y hasta deseable que tenga los suficientes conocimientos como para tener una buena base de ellos. No voy a discutir de quién llegó primero, quién tuvo más permanencia y quién considera Tierra Santa a Israel o no. Tampoco discutiré sobre el poco sentido de la lucha por una tierra tan pequeña por parte de quienes tienen mucho más territorio. No entraré en tratar de explicar el poco sentido de que durante años en un montón de países nos decían a los judíos que nos volvamos a Israel de donde ahora nos quieren echar. Porque discutiendo esos puntos, no llegaremos a ningún lado.

Sólo les pido un ejercicio sencillo, simple, al alcance de cualquiera. Lean las noticias. Olvídense de Israel por un rato. Vean lo que pasa en otros países de origen musulmán: Siria, Turquía, Afganistán, etc.  Conflictos en los que Israel no tiene ninguna injerencia. Hermanos matando hermanos, asesinando sin piedad incluso a niños, violentando a quienes intentan manifestar sus ideas pacíficamente pero contrarios al régimen de turno… Por cuál tierra pelean ahí. Qué reclaman por medio de la muerte y el terror.

Algún día el mundo deberá despertar y darse cuenta que a los terroristas no los mueve ninguna idea reivindicativa ni de justicia social, los mueve sólo el odio y la veneración a la muerte. Es el odio por el odio mismo, que a medida que se va poniendo en obra se va retroalimentando. Es un sentimiento ciego, sin medida, sin final. Mientras el mundo siga cerrando los ojos a esta realidad, estará apoyando el terror y la muerte sin pensar que un día se le podría volver en contra.

No apoyen a Israel si eso les genera un conflicto interno y con sus ideales, pero no apoyen la cultura de la muerte y el odio. Elijan la vida, el amor, la verdad y la justicia. No se dejen engañar, no se dobleguen a la manipulación de los medios de (des)información. Anímense a pensar por su cuenta, no se dejen llevar como corderitos. Lean, infórmense, piensen.

     Me gusta soñar y tener esperanza. Por eso, aún espero levantarme un día y leer para la felicidad de todos que no hay más guerra ni atentados en ningún lugar del mundo ¿Alguien quiere acompañarme a soñar?

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