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«Si la historia la escriben los que ganan,eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia, quien quiera oír que oiga.»
Éste estribillo de la canción Quien quiere oír que oiga, que luego de que se terminara el mandato militar en Argentina escucháramos repetidamente y con emoción de los labios de Baglieto y Silvina Garré, es engañoso. Entonces me encantaba. Estábamos muy sensibilizados con todo lo que había pasado y se destapaba de todas las barbaridades que los militares habían hecho. Sentíamos que sus víctimas eran los únicos que tenían derecho a contar la historia y que sin duda sería la verdadera, por lo tanto esta estrofa cobraba un gran significado y peso. Pasaron ya más de 20 años desde entonces, uno puede ponerse a la distancia y analizar su contenido de otra manera, con menos apasionamiento y más experiencia a cuestas. Ya el primer verso es engañoso: Si la historia la escriben los que ganan ¿Quién ganó entonces, quién gana en ningún conflicto armado, en una guerra sea civil o entre países? ¿Quién gana? Yo diría que todos pierden. ¿Podemos decir que los militares ganaron por haberse quedado con el dinero de sus víctimas, sus pertenencias y hasta sus hijos? ¿Esa es su victoria? Qué triste si medimos el triunfo por las posesiones. Los militares cosecharon odio, descrédito, desconfianza y cárcel (aunque fuera por un tiempo) ¿Ese es su triunfo? Visto desde otra perspectiva podríamos pensar que los que ganaron fuimos todo el pueblo, cuando al fin pudimos alcanzar la democracia y quitarnos de encima la tiranía. Y desde ese punto de vista si seguimos con el resto de la canción, ninguno del pueblo que haya contado su parte de la historia es digno de crédito y la verdadera es la de los militares, pues es la otra historia, la de los perdedores. Cuando se llega a determinado punto de nuestra vida debemos ser más analíticos y cuidadosos de no repetir textos panfletarios que nos suenan bien, porque a las luz de esas enseñanzas aparentemente verdaderas, podemos causar y causarnos mucho daño. Siempre que hay un conflicto entre dos, hay «otra historia», en eso estamos de acuerdo, pero quién dijo que sea la verdadera, a la luz de qué juzgamos eso. Quizá a la luz de estas enseñanzas que hemos respirado e incorporado en momentos de mucho dolor, sensibilidad y pasión. Esta idea caló tan hondo en la gente, que en el conflicto que Israel mantiene con Gaza o que mantuvo con Hizbolla, muchas veces he discutido con gente que le da la razón a los terroristas solamente porque del lado israelí hay menos víctimas e Israel está mejor armado. Con todo el respeto a esa gente, esa es una falacia del razonamiento. Una persona con cierta adultez y madurez no puede tener un pensamiento tan lineal, debe ser capaz de ver todos los factores que llevan a cada consecuencia ¿Por qué Israel suele tener menos víctimas? Los terroristas suelen usar escudos humanos, sobre todo niños y mujeres. A pesar que antes de atacar un punto determinado Israel avise a su población lanzando panfletos en árabe y con dibujos por si alguien no sabe leer para darles 10 minutos de tiempo para refugiarse, la mayoría no se refugia ¿Por qué? ¿Será que los terroristas no se los permiten a fin de conseguir más víctimas para demonizar a Israel? Mientras tanto, del lado israelí, cuando un misil es disparado hacia aquí, es detectado por un radar. Suena la alarma en la zona en la que va a caer para que su población se pueda refugiar. En el caso de Sderot, no tienen 10 minutos como en Gaza, si no sólo 10 segundos. En el caso de Naharía, ni siquiera esos segundos tenemos. En menos de 10 segundos debemos poder bajar al refugio. En nuestro caso es más fácil, pues estamos en el primer piso. Pero para la gente del segundo al cuarto piso que tiene el edificio es más complicado. Sin embargo nos apuramos, bajamos, nos resguardamos durante el tiempo prudencial que nos aconsejan y luego estamos pendientes de las noticias para saber cómo actuar. A nosotros nadie nos impide refugiarnos. Debe ser por eso que tenemos menos víctimas ¿no les parece? Respecto a las armas, más peligrosas son aquellas más rudimentarias de los terroristas que las avanzadas de nuestro ejército. Los misiles caen en cualquier parte, sin control (han llegado a caer en escuelas y jardines de infantes), les colocan en su interior unos perdigones para que al estallar salgan disparados con fuerza hacia todos lados y causen el mayor daño posible, yo he visto sus marcas en las calles de Naharía. Las avanzadas armas de Israel les permiten apuntar a un objetivo determinado tratando de causar el menor daño posible a los civiles (que supuestamente deberían estar refugiados). La gente suele caer en el error de creer que porque suelen haber más víctimas en Gaza o en Líbano, la verdadera historia es la de ellos. Triste conclusión que los llevan a creer en terroristas olvidando incluso el daño que esos mismos terroristas han causado en sus propios países. Aceptar que la verdad la tienen los terroristas sólo porque de ese lado hay más víctimas es un pensamiento lineal y propio de una mente simple y sin demasiada ambición de superación. Yo les propongo dos cosas: una es que analicemos todos los mandatos, enseñanzas y mensajes absorbidos en nuestra juventud y que aceptamos como verdaderos y ciertos con cuidado. Segundo: cuando estamos ante una situación complicada para entender, si es que sentimos la necesidad de tomar partido por uno u otro lado, no seamos lineales, analicemos todos los factores intervinientes y mirémoslo de todos los lados posibles, a fin de no caer en la simpleza y la injusticia
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6 de agosto del 2010