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árbitro, cúpula de hierro, fútbol, guerra, Hamás, Israel, israelíes, kipat barcel, referí
Tiene el misil Hamás, dispara para Ashdod, intercepta Kipat Barcel* ¡¡¡Qué defensa, señores!!! Ahora la pelota la tiene Israel, tira derechito a la rampa de lanzamiento del misil ¡¡¡Goooooolllllll, gooooolaaaazooooo!!! ¡¡¡Pero no, no puede ser, el referí ha marcado falta y le da tiro libre a Hamás!!! ¡¡¡Invalidó el gol!!!
Y sí, a veces parecería que la gente se cree que esto en lugar de una guerra es un partido de fútbol, van tantos muertos de Hamás contra tantos de Israel, como si fueran goles en vez de personas. Y… no, el tema es algo más complejo. No voy a volver a explicar una vez más por qué hay más muertos palestinos que Israelíes, eso pueden encontrarlo en notas anteriores mías. Ahora voy a reflexionar acerca de la gente que llevando la cuenta de cuántos muertos hay de un lado y de otro, pareciera que se lamentara que Israel tuviera menos muertos. Yo lo siento por esa gente, pero ni mi familia, ni mis amigos, ni mis compañeros de curso, ni ningún habitante de Israel tenemos deseos de complacerlos. No, todos nosotros, aunque sea por llevar la contraría, tenemos unos deseos locos de vivir. Y los niños ni les cuento ¡¡¡tienen tanto por crecer, jugar, aprender y ser aún!!! No, no les daremos el gusto, lucharemos cada uno como pueda por seguir viviendo, creando, inventado, estudiando, trabajando, progresando, escribiendo…
Una guerra no es un partido de fútbol, es una guerra. Y en toda guerra, aunque no nos guste y nos duela, hay muertos ¿podrían evitarse? Sí, seguro, deponiendo las armas. Pero sucede que nuestros «amorosos» vecinos de Hamás, parece que esta vez tienen más arsenal y lo quieren usar ¿cómo Egipto se atreve a querer interrumpir el juego de estos inocentes niñitos? Pero el adolescente Israel no quiere jugar a ese juego, trató de evitarlo y quiso hacerle caso a don Egipto y dejar de jugar. Pero el niñito patalea, se niega, y quiere que lo dejen seguir misileando en paz (valga la ironía).
No se puede ser tan inocente o mal intencionado que cuando todas las evidencias están sobre la mesa, se siga defendiendo lo indefendible. Ya no sólo los israelíes, hasta en medios de comunicación hasta hace poco impensables les explican lo de los niños usados como escudos humanos. Pero no quieren ver, no les interesan en verdad esos niños, sino buscar de cualquier manera oponerse a Israel por odio nomás. Ese odio que algunos tardan en manifestar pero que siempre en algún momento sale a flote. Si a alguien de verdad le interesara esos niños, las marchas en lugar de ser en contra de Israel, serían en contra de Hamás que los somete. Se reclamaría a los organismos de derechos humanos, Unicef (¿en qué rincón estarán escondidos?) y la ONU que haga algo por ellos, que los defiendan, porque esos niños no parecen tener derecho a una vida digna.
En un conflicto donde todos creen ser árbitro y ninguno lo es realmente, no hay un réferi válido, porque no hay país con altura moral suficiente para juzgar a Israel ¿quién lo hará? ¿Estados Unidos, hablamos de Irak? ¿Rusia, hablamos de toda su historia? ¿China, hablamos de cómo trata a su propia gente? ¿Quién, quién tiene un pasado limpio y moral para juzgar a Israel? ¿Cuántos países en medio de una guerra han sido tan humanos y solidarios como Israel?
Israel no es un ente, está formado por seres humanos. Y como tal, sin duda comete muchos errores. Pero no más que cualquier otro país, sí acaso cuidan y les importa más la vida que a muchos otros. Desde la distancia, lejos del ruido de las sirenas y los bums, es tan fácil opinar, decir qué debería hacerse y cómo… En Canción con Harapos ya lo dijo Silvio Rodriguez: «qué fácil es protestar, por la bomba que cayó, a mil kilómetros del ropero y del refrigerador». Si no están informados, si tan poco les interesa los niños de Gaza que sólo les sirven de excusa para condenar a Israel, si no son capaces de recordar que en Israel también hay niños que merecen vivir en paz, háganse y hágannos un favor: no hablen, no pasen vergüenza, no se desacrediten como seres humanos. Es un humilde pedido desde la tierra de las sirenas y los bums.
*Kipat Barcel: cúpula de hierro.
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15 de julio de 2014