Etiquetas
contagio, coronavirus, covid19, muerte, QuedateenCasa, responsabilidad, solidaridad, virus, YoFotografíoenCasa, YomeQuedoenCasa
Hace ya cerca de un mes, sino más, que Israel impidió arribar a nuestro país a turistas chinos. Fue muy criticado por ello, pero cuando leí los motivos me pareció sensato y me sentí agradecida de que se nos cuidara. Para entonces también a todos los que llegaban de Europa y Asia se los mandaba automáticamente a una cuarentena de 14 días. Poco después escuché a una doctora argentina que trabaja en puestos de salud muy importantes en Israel, explicar lo poco que se sabía hasta el momento. Aclaró que la mortandad era baja pero el problema estaba en la facilidad y rapidez de contagio, pudiendo llegar de esa manera con facilidad a los grupos de riesgo. También contó que Israel ya estaba trabajando en una vacuna, que estimaban que estaría en cuatro o cinco meses, pero que si conseguían inversores estaría antes y eso es lo que esperaban. Aún ni los médicos sabían mucho sobre este virus, las medidas para intentar atajarlo se implementaron con rapidez y se iban mejorando y ajustando cada día, aún ocurre.
Al principio nos decían que nos laváramos mucho las manos con jabón y nos desinfectáramos con alcohol, que guardáramos un mínimo de un metro de distancia, que los que podían trabajar desde sus casas lo hicieran, que tratáramos de salir lo menos posible y que no nos podíamos juntar más de 100 personas. Luego la distancia aumentó a dos metros, la cantidad de gente que nos podíamos reunir disminuyó a 10 como máximo, cerraron bares y restaurantes y nos dijeron que sólo saliéramos de casa para lo indispensable. Hace un par de días disminuyó el transporte. Los autobuses cancelaron el 50% de sus líneas de servicio y los trenes comenzaron a funcionar sólo uno cada hora. Casi desde el principio, poco después, la policía comenzó a controlar que los que debían estar en cuarentena la estuvieran cumpliendo. Actualmente la orden de quedarnos en las casas se recrudeció. Y a mí me parece bien.
Lamento mucho que haya gente que no entienda. No es que debamos tener miedo de morirnos todos. Eso que muchos utilizan para decir que se está generando alarmismo es una falacia. El problema es como decía la doctora argentina que mencioné más arriba, que el contagio es incontrolable, rápido y extendido. Todos nos podemos contagiar e incluso ser asintomáticos y ser un vehículo de contagio para gente que esté dentro de algunos grupos de riesgo. Puede ser tu padre, tu madre, tus abuelos e incluso tu pareja o tus hijos. Es doloroso escuchar o leer a unos cuantos ignorantes que dicen que sólo se mueren los ancianos. Edad a la que todos llegaremos si no nos morimos antes por algún motivo, aunque no sea el coronavirus. Y cuando eso ocurra, todos querremos que se respete nuestro derecho a una vida digna y plena. Personas gracias a las cuales nosotros estamos en esta vida y hay quienes no lo entienden y les pagan con desprecio. Pero es que además no es cierto que sean los únicos que se puedan morir, ya ha muerto gente más joven. Y, al menos hasta ayer, estaba muy grave un bebé recién nacido que nació prematuro y había sido contagiado por personal del hospital que no sabía que tenía el virus.
He leído a mucha gente egoísta, demasiada, que protestan por: tener que estar encerrados, porque se aburren, porque después de haber estudiado mucho les posponen exámenes... ¿Cuánto vale la vida de tus seres amados, la de tus vecinos, o incluso la de esos profesores que deberían tomarte los exámenes? Si te aburrís en casa, es el momento de ejercitar la solidaridad y de desarrollar tu creatividad. Cada uno dentro de sus posibilidades. Por ejemplo: #YoFotografíoenCasa. Busco dentro de mi casa esas cosas y rincones a los que nunca les había prestado atención, encuentro formas de hacer fotos divertidas o simplemente presto más atención a qué hay del otro lado de mi ventana. Estoy segura que todos pueden encontrar maneras creativas de pasar el tiempo, pueden empezar pensando en cuáles.
Es importante que todos entiendan que no es una simple gripe, que quedarse en casa no es un capricho de las autoridades de cada país ni de los sanitarios, es una responsabilidad de cada uno. Porque cuidándote a vos, nos cuidás a todos. Sé solidario, cuidate.