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Hay una increíble variedad de cosos, y no me refiero a la arena donde corre el toro, me refiero al coso ese. Sí, el que está al lado del otro coso, el que tiene el cosito sobresaliendo del coso ¡ese coso!

     Los cosos pueden contener otros cosos, estar arriba o abajo del coso y pueden estar en cualquier parte (pero no a la vez, no son Elohim tampoco). Este coso es este coso, no es el coso que vos tenés en tu casa, es otro.

     Los cosos pueden ser de cualquier color, pero no hay cosos invisibles. Los cosos son descriptibles y señalables.

     Los cosos varían en forma y tamaño. Hay cosos enormes, grandes y chiquitos. Cuando el coso es chiquito, deviene en pitutito. Al pitutito en hebreo se lo llama chupchik. Pero yo lo he adoptado en español también, y aunque sea la traducción de pitutito, para mí es sólo un pitutito con funcionalidad. Si el pitutito no sirve para nada y es la pieza perdida de algún coso, no es chupchik, es pitutito y ya está.

     Los cosos tienen una capacidad increíble de abarcamiento en nuestro cerebro y lenguaje. Cuando nombramos un coso, ya no podremos decir nada más. Por ejemplo, diálogo típico:

     Fulanito: -¿me alcanzás el coso?

     Sutanito: -¿qué coso?

     Fulanito: -¡el coso ese, el que está ahí!- ya ahí empieza a subir el tono de voz.

     Sutanito: -¿cuál coso?

     Fulanito: -¡¡El coso ese, no ves, el que está al lado del coso gris!!

     Sutanito: -¿qué coso gris?

     Fulanito: -¡¡¡Cómo qué coso gris, cuántos cosos grises ves acá!!! ¡¡¡¡El coso gris con el pitutito amarillo!!!!

     Semejante diálogo puede tener tres consecuencias: 1) Fulanito y Sutanito terminan peleados, porque quien empieza con el coso entra en un círculo vicioso del que no puede salir que altera los nervios al ser incapaz de nombrar con todas las letras lo que quiere. 2) Fulanito y Sutanito terminan a las carcajadas. La risa es una excelente manera de cortar el círculo vicioso y de descargar esos nervios que han ido in crescendo. 3) Sutanito llega a lograr entender lo que quiere Fulanito y al fin le alcanza el coso. El gris con el pitutito amarillo, no, el que está al lado.

     Los cosos no se fabrican en un determinado tipo de industria, al ser tan variados, hay miles de fábricas de cosos, incluso hay cosos caseros que puede hacer usted mismo. Hay cosos escritos para enseñar a la gente a hacer otros cosos por si mismo y hasta programas de televisión que enseñan a hacer cosos. Pueden ser cosos decorativos, comestibles o de alguna utilidad. Hay cosos que para hacerlos hacen falta muchos cosos, pero otros que con la materia prima y sus manos es suficiente.

     En este preciso momento, estoy escribiendo usando un coso y debo dejarlos, porque tengo que ir a buscar el coso que me dejé en la pieza sobre el coso. Un placer haber charlado con ustedes.

– Tel Aviv, Israel. © Todos los derechos reservados.-

25 de enero de 2014