Etiquetas

, , , , , , , , , ,

Poco a poco, el dolor profundo va dejando lugar a los recuerdos que me hacen sonreír. No es que ya no esté triste en absoluto, cada tanto aún ruedan algunas lágrimas. Pero los momentos compartidos, la memoria, va ocupando cada vez más espacio.

Fue de la mano de mi papá que aprendí a interesarme por la actualidad nacional y mundial. Sé que demostraré mi edad con lo que voy a contar, pero cuando era chica y agarraba el diario Clarín para ir a leer directamente la página final, donde estaba la historieta del Loco Chávez, mi papá me retaba. No le parecía mal que leyera los chistes, sino que fuera lo único que leyera. Luego, sentándome a ver a Tato Bores cuando él lo hacía. 

Fue mi papá, que con una frase que nos reíamos por lo repetitivo, me enseñó a valorar los momentos vividos. Cuando íbamos de vacaciones en auto, siempre salíamos de noche y mientras íbamos por la ruta veíamos amanecer. Mi papá siempre decía: miren, miren, nunca saben si lo volverán a ver. Y nos causaba gracia, porque en nuestra ingenuidad, pensábamos que cada año veíamos lo mismo y que siempre todo estaría ahí, no sabíamos que algo podía cambiar de la noche a la mañana y que podía llegar un día que algo, o alguien, ya no esté.

Mi papá me enseñó a andar en bicicleta en un parque lleno de árboles. Él me sostenía la bici desde atrás, hasta que en un momento me soltó sin que yo me diera cuenta y seguí andando. 

Fue él quien me demostró más confianza para dejarme viajar en colectivo sola por primera vez para ir a la escuela. Lo que yo no sabía entonces (lo supe más adelante) era que mi papá me seguía con el auto, para asegurarse que la nena no se pasara de la parada.

Mi papá me recitaba poesías de estilo rural, algunas muy divertidas y cantaba canciones de cuando él era joven que me parecían muy ridículas. Tenía un montón de frases hechas y un humor sarcástico muy personal. Se reía más que nosotras con la Pantera Rosa, el Pájaro Loco, Los Tres Chiflados y El Gordo y El Flaco.

Vi por primera vez a Les Luthiers en el teatro cuando juntos con él y mi mamá fuimos a vigilar (salimos después y nos escondíamos) a la nena mayor que salía por primera vez con su novio de los 15 años.

Y va una lista corta, para todo lo que recuerdo compartido con él. Pero no quiero aburrir a nadie. Yo sé que ya no voy a compartir más risas ni charlas con mi papá, que ya no va a pasarme más el brazo por el hombro caminando juntos por la calle, ni voy a recibir ninguno de sus abrazos cálidos, ni lo podré llamar más por teléfono… Pero la calidez de esos recuerdos no me los podrá robar nada, aunque con el tiempo se desdibujen y no los recuerde con exactitud, las sensaciones de alegría y ternura van a permanecer siempre.

Yo quiero poder recordarlo así, con esas sonrisas amplias que tenía, con su sentido del humor tan peculiar, con sus ideas firmes que defendía, con su franqueza directa y sin tapujos. Ese era mi papá y así lo querré siempre.

DSC_3072cf

-Festejando su cumpleaños 75 en octubre del 2015. © Todos los derechos reservados.-