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 A una semana del entierro de mi papá, extrañándolo y con todo el dolor que siento, he pedido en la comunidad Yonat Hasher en la que participo, que me dejaran dar un mensaje. El rabino (Israel- Tedi- Horowitz) me lo permitió y ahora me gustaría compartírselos a ustedes:

Sólo Elohim* puede dar una respuesta

y decir que puerta hay que tocar.

Creo que a pesar de tanta melancolía,

tanta pena, tanta herida,

sólo se trata de vivir.

-Estribillo de Sólo se Trata de Vivir de Litto Nebbia, versionado por mí-

Cuando alguien vive un dolor muy grande, es normal hacerse o hacer preguntas. Sin embargo hay dos cuestionamientos que no me hice con el fallecimiento de mi papá: por qué él, por qué ahora. 

Quienes me conocen saben que leo el Tanaj (Antiguo Testamento) y que le creo. En el libro de Eclesiastés, en el capítulo 3, dice que todo tiene su tiempo debajo del sol. Hay tiempo de plantar y de arrancar lo plantado, tiempo de guerra y tiempo de paz. También hay tiempo de morir. Este, sin duda, fue el tiempo de mi papá. En ese capítulo dice también que Elohim lo hizo todo hermoso en su tiempo. Y aunque a mí me duela, debo aceptar que para mi papá fue hermoso y el mejor momento.

Las respuestas que yo busqué, tenían que ver con la comprensión de dos versículos del mismo libro, pero del capítulo 7 y que para mí siempre fueron un misterio:

2 Es mejor ir a la casa del duelo que ir a la casa del banquete, porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive debe poner eso en su corazón.

Mejor es la tristeza que la risa; porque el semblante triste mejora el corazón

-Versión de Moisés Katznelsón mejorada con la versión hebrea-

Estos días de duelo me han servido para meditar y empezar a entender estos versículos, luego de que durante tantos años fueran para mí un misterio. Por supuesto, es sólo la punta del ovillo, son mucho más profundos que las conclusiones a las que yo pude llegar, estoy segura.

Ante todo, vale la pena resaltar que dice que una cosa es mejor que la otra, de ninguna manera dice que una sea obligatoria y la otra esté prohibida. De hecho, en otras partes del Tanaj, se habla del banquete como algo positivo.

     Quiero pedirles que hagan ustedes un pequeño ejercicio de imaginación. Supongan sólo por un momento que están ustedes en un banquete, de bodas, por ejemplo. Ustedes llegan, los recibe una recepcionista que tiene una lista en su mano donde busca su nombre y le indica cuál es su mesa. En esa mesa usted será constantemente servido por los camareros. Ellos estarán atentos a cada vez que se le vacíe o empiece a vaciar la copa para volver a llenársela. Le servirán la comida y todo lo que usted tiene que hacer durante el resto de la fiesta, será disfrutar. A un banquete se va a RECIBIR: atención, comida, bebida…

Ahora haremos el mismo ejercicio, pero imaginando que usted va a la casa de duelo. Por casa de duelo, no debe usted entender casa velatoria, si no la casa de aquellos que están viviendo un duelo. Esta aclaración es importante, porque si bien en Argentina sí hay velorios de judíos, no es una costumbre judía. Se hace así por las leyes argentinas. Los judíos enterramos casi de inmediato a nuestros muertos y su familia directa hace un duelo de siete días en su casa donde es visitado por amigos y parientes. Se llama SHIVÁ, que viene de sheva (siete). Cuando alguien va a una casa donde hay shivá, se acostumbra llevar algo de comida y bebida, ayudar en lo que se pueda a los deudos (tareas de la casa, atención de los otros visitantes, dar palabras de consuelo o dar conversación para que se distiendan). Es decir, a una casa de duelo, se va a DAR.

Todos escuchamos sin dudas, la famosa frase popular: es mejor dar que recibir. Y creo que es ni más ni menos a lo que se refiere el versículo 2.

Ahora tratemos de entender el 3 ¿Acaso quiere Elohim que vivamos siempre tristes? No, en absoluto. No se refiere a eso. Acá tampoco hay una prohibición y una obligación. Esta vez les voy a pedir un ejercicio de memoria. Recuerden las veces que ustedes rieron mucho ¿podían pensar? Cuando nos reímos, la risa lo ocupa todo, nos impide pensar, reflexionar. Además, cuando uno está feliz, no suele hacerse planteos de ningún tipo, simplemente se disfruta la felicidad. Pero cuando estamos pasando por un momento doloroso, cuando lloramos, cuando estamos tristes, es natural hacernos preguntas y no se nos dificulta razonar. Una pregunta puede llevar a otra y la necesidad de encontrar respuestas a lo que estamos viviendo nos lleva a aprender cosas que nunca hubiéramos aprendido de otro modo.

Por causa de los días tan dolorosos que estuve y estoy viviendo, confirmé que algo que siempre creí firmemente es así, y es que de todo (incluso de lo malo) uno puede sacar cosas buenas. Una de las cosas buenas que saqué es el comenzar a entender estos versículos. La otra es poder rescatar todo el amor y apoyo que he estado recibiendo y que a pesar de mi tristeza no dejé de reconocer y agradecer profundamente.

Sirva esta nota como recordatorio, para que abran los ojos y puedan ver lo bueno, incluso a través de lo malo. Aunque a veces parezca tan difícil. En ocasiones, lo bueno se ve recién después de mucho tiempo, porque los tiempos de Elohim no son los nuestros. Quedará en cada uno tratar de ser paciente hasta que llegue el momento.

QUE TENGAN TODOS UNA HERMOSA VIDA.

*Elohim: Dios en hebreo.

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-Mi papá y yo. © Todos los derechos reservados.-